Las personas inteligentes son
capaces de simplificar lo complejo. Los tontos suelen complicar lo sencillo.
El modo de dar una vez en el
clavo es dar cien veces en la herradura. (Miguel de Unamuno)
Para llegar a la excelencia es
necesario formarse, pero para traspasarla hay que transformarse. (Xesco
Espar)
No puedo cambiar la dirección del
viento, pero sí ajustar mis velas para llegar siempre a mi destino. (James
Dean)
Más importante que las decisiones
es el momento elegido para tomar dichas decisiones.
No luches demasiado con un
enemigo o terminarás enseñándole todo lo que sabes sobre el arte de la guerra.
(Napoleón Bonaparte)
He tenido éxito probablemente
porque me dí cuenta de que no sabía nada sobre escribir y simplemente he
intentado contar una historia interesante de forma entretenida. (Edgar Rice
Burroughs)
Cuando el fin es lícito, también
lo son los medios. (Hermann Busenbaum)
Ser libre no es solamente
desatarse las propias cadenas, sino vivir de una forma que respete y mejore la
libertad de los demás. (Nelson Mandela)
Todas las puertas de salida son
entradas a algún lugar.
Las mentes cerradas suelen venir
acompañadas de bocas abiertas.
Solamente los peces muertos
siguen la corriente.
Mejor no sacar pecho, no sea que
te lo hundan.
Si solo piensas en ganar, es más
fácil que pierdas. (Valero Rivera)
Nunca hagas lo que ya sabes
hacer. (Eduardo Chillida)
El número de cosas improbables
que pueden suceder es tan grande que podéis tener la seguridad de que algunas
de ellas sucederán realmente.
Si algo nos ha enseñado el Tetris
es que los errores se acumulan y los éxitos desaparecen.
Los artistas mienten para decir
la verdad, mientras los políticos mienten para ocultarla. (Alan Moore en
"V de Vendetta")
Es peligroso tener razón cuando
los que mandan están equivocados. (Voltaire)
La codicia llega como pasajero,
nos visita como huésped y se queda como dueño. (Confucio)
Justicia, igualdad y libertad son
algo más que palabras, son metas alcanzables. (Alan Moore en "V de
Vendetta")
El tiempo perdido nunca se vuelve
a encontrar. (Benjamin Franklin)
El tiempo descubre la verdad.
(Séneca)
No puedo cambiar la dirección del
viento, pero sí ajustar mis velas para llegar siempre a mi destino. (James
Dean)
Da igual. Prueba otra vez.
Fracasa otra vez. Fracasa mejor. (Samuel Beckett)
Cuando Dios te da un don, también
te da un látigo, y el látigo es únicamente para autoflagelarse. (Truman Capote)
Prefiero que mi mente se abra
movida por la curiosidad a que se cierre movida por la convicción. (Gerry
Spence)
La duda es uno de los nombres de
la inteligencia. (Jorge Luis Borges)
Recordar que vas a morir es la
mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que
perder. (Steve Jobs)
Un inútil motivado es un peligro.
(Victor Küppers)
La naturaleza de los hombres
soberbios y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad y abyectos y
humildes en la adversidad. (Maquiavelo)
La paciencia cocina una piedra.
(Proverbio africano)
Creía que un drama era cuando
llora el actor, pero la verdad es que lo es cuando llora el público. (Frank
Capra)
Uno puede saber cómo vencer, pero
esto no significa necesariamente que vaya a vencer. (Sun Tzu)
El destino es el que baraja las
cartas, pero nosotros los que las jugamos. (Arthur Schopenhauer)
Un emperador debe morir de pie.
(Tito Flavio Vespasiano)
Si me diesen seis horas para
talar un árbol, dedicaría las tres primeras a afilar el hacha. (Abraham
Lincoln)
Si no esperas lo imprevisto no lo
reconocerás cuando llegue. (Heráclito)
Temo a los mercaderes incluso
cuando traen regalos. (Laocoonte)
El talento es como un bebé, hay
que alimentarlo. (Annie Leibovitz)
Hay dos tipos de problemas: los
que se solucionan solos y los que no tienen solución.
No digas es imposible. Di: no lo
he hecho todavía. (Proverbio japonés)
El fútbol es un milagro que le
permitió a Europa odiarse sin destruirse. (Paul Auster)
Lo importante es saber qué
batallas hay que librar.
Todos los errores están ahí,
esperando que alguien los cometa. (Savielly Tartakower)
No busques culpables. Busca las
soluciones a los problemas.
Nadie acepta el azar como parte
de su propio éxito, tan solo de sus fracasos.