martes, 7 de agosto de 2007

Heráldica (I)

La existencia de escudos, signos y emblemas, diferentes según los reinos o regiones y por los que se permite reconocer a su portador, su uso durante la batalla para reagrupar fuerzas o, cuando es derribado o capturado, minar la moral del enemigo, nos fuerza a considerar que no se trata de mera casualidad y que, con toda probabilidad, en torno a este uso debieron de surgir unas normas o leyes básicas, tal vez simples costumbres, que regulaban la forma de diseñar estos: la Heráldica, que estudia la forma y composición de los escudos, los blasones y los estandartes.
Etimológicamente la Heráldica es la ciencia de los heraldos. Los heraldos fueron, en la Edad Media, los encargados de dirigir los torneos primero y de determinar y distinguir los escudos de armas correspondientes a cada familia después.

Terminología.
• Esmalte: El color que se muestra en las figuras, fondo o elementos que configuran el escudo o estandarte. Los esmaltes se dividen en dos metales (oro y plata) y cinco colores [gules (rojo), azur (azul), sinople (verde), púrpura (morado) y sable (negro)]. También se aceptan otros colores, como el leonado o anaranjado por ejemplo.

• Diestra: Hace referencia a la posición de la figura con respecto al que porta el escudo, ocupando la parte izquierda de un escudo.

• Siniestra: Hace referencia a la posición de la figura con respecto al que porta el escudo, ocupando la parte derecha de un escudo.

• Campo: el esmalte de fondo.

• Piezas o figuras: elementos que se colocan dentro del campo.

• Figuras Heráldicas: figuras geométricas genéricas, como barras, aspas, borduras,...

• Figuras Naturales: imágenes de figuras o cuerpos existentes, incluyendo los cuerpos celestes, aves, animales, seres humanos y partes de ellos,...

• Figuras Artificiales: objetos creados por el hombre.

• Figuras Quiméricas: seres imaginarios y fantásticos inexistentes.

Reglas.
La heráldica tradicional se basa en una pequeña serie de reglas, no siempre respetadas:

1. Nunca poner metal sobre metal ni color sobre color, salvo los detalles pequeños (frutos, uñas, picos, garras,...).

2. Plenitud: cuando haya una sola figura en el escudo se colocará en el centro llenando todo su campo, pero sin tocar los extremos del escudo.

3. Las figuras deben colocarse mirando al frente o a la diestra. Si mira a la siniestra debe indicarse.

Aparte de estas tres reglas, existen toda otra serie de costumbres seguidas con más o menos rigidez en la confección del escudo heráldico, como la "esquematización" o exageración de los rasgos definitorios de las figuras, o la profusa normativa sobre colocación de los elementos cuando se trata de una pluralidad de estos.

Heráldica en los Reinos Brillantes.
En los Reinos Brillantes, por ejemplo, un heraldo cumple la labor de pregón o funcionario que convoca públicamente, o de legado y embajador,... aunque entre sus funciones también les corresponde informar sobre las armas. En la mayoría de los casos, el papel del heraldo como responsable de determinar de las armas y escudos por los que se conoce el linaje de un soldado o caballero tiene un carácter, en muchos casos, secundario.
Así los escudos en los Reinos Brillantes se caracterizan por su simplicidad (lisos, sin particiones y con una única figura, carecen de la complejidad que se relaciona con las épocas de decadencia y responden claramente a los principios de la identificación del guerrero o su pueblo como fin último de la representación), el respeto a las normas heráldicas más frecuentes (no mezclar color con color o metal con metal), preferencia por las figuras naturales (árboles, estrellas y animales), preferencia por determinados colores y posible significación de los esmaltes (blancos y plateados para las naciones más pacíficas y ordenadas, rojos y negros para las naciones más belicosas y caóticas).

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