jueves, 10 de abril de 2008

Clases sociales en Puerto Losire

Puerto Losire, la principal ciudad portuaria de la costa del norte de los Reinos Brillantes, la Joya del Norte, la Ciudad Brillante, la Ciudad de los Seis Barrios,... Esta metrópolis es conocida por muchos nombres, y su leyenda se extiende por todos los Reinos Brillantes. Cada día miles de personas pasan por la bulliciosa Puerto Losire. Mercaderes de tierras distantes ofrecen sedas de Yvr, elixires de Valoria, carne de dragón del Mar de las Lágrimas, madera del Bosque Verde, especias de Amazona y otras mercancías fantásticas. Granjeros de Graland fluyen por la Vieja Carretera llevando la cosecha; Puerto Losire tiene muchas bocas que alimentar, y la tierra de la bahía es arcillosa, estéril y dura. Los embajadores se entremezclan con aristócratas, los mendigos con los ladrones, los comerciantes llegados de allende los mares con los artesanos, y los aspirantes a herederos de las casas nobiliarias de la región comercian historias con sabios y valiente exploradores. Hay un lugar para cada uno en la ciudad de Puerto Losire, y la aventura espera detrás de cada esquina.

Con una población de casi quince mil habitantes Puerto Losire es lo más parecido a la capital de las Regiones Frías, al sur de Ártica, y la segunda ciudad más grande de los Reinos Brillantes tras la decadente capital imperial Valira. La ciudad divide su población en clases sociales, como cualquier otro lugar de los Reinos Brillantes, y el nacimiento suele marcar el destino asignado a cada persona. Difícil es salir del destino preestablecido, pues la sangre ubica a la población desde su nacimiento: el hijo de un noble nace como noble y el hijo de un campesino nace como campesino. Pese a esta terrible constatación es conveniente apuntar que existen muchos casos de personas que prosperan, mediante el ingenio o las armas, y alcanzan lugares de honor dentro de la sociedad pese a su origen humilde.

Nobleza.
La nobleza de la ciudad reside en el barrio de la Ciudadela o en el Distrito Norte, la zona más rica y exclusiva de la ciudad. En el palacio de la colina, la Ciudadela, una joya arquitectónica que se alza más de una milla en el aire desde tiempos inmemoriales en el punto más alto de Puerto Losire, vive el Señor de la Ciudad, elegido entre las seis casas nobles de la ciudad (una por cada barrio) cada seis años.
En los barrios altos de la ciudad conviven embajadores, los miembros de las Seis familias, alta nobleza de los Reinos Brillantes (marqueses, condes y duques), herederos de la corona imperial de Valira (de la que fueron despojados tras la guerra con los señores de las ciudades libres de Yvr) e incluso miembros de la baja nobleza, "nuevos nobles" (gentes enriquecidas por el Emperador en reconocimiento a sus méritos antes de la caída de la casa imperial), los hijos de nobles sin derecho a título o caballeros que aspiran a escalar en la sociedad al codearse con las clases más poderosas.
En la Ciudadela también residen cargos administrativos y de gestión de la ciudad, como el capitán de la guardia, el alguacil, el juez, el canciller, el inquisidor, el verdugo y el señor de la moneda. También, temporalmente y a la espera de una solución definitiva, los dos dirigentes de la Sociedad Mercantil de Puerto Losire, cargo duplicado tras el fraude en las últimas elecciones.

Clero.
El clero de Puerto Losire reside, en su totalidad, en el barrio de los Templos. Los extravagantes templos del barrio de Los Templos y la pía devoción de sus habitantes hacia las deidades tutelares de la ciudad dan a los visitantes la impresión de que el lugar está dominado por la religión. Hasta cierto punto esto es cierto, ya que los dioses han bendecido muy pocos puntos de los Reinos Brillantes de la forma que lo han hecho con esta ciudad. Por otra parte, la religión es sólo uno de los muchos factores que mueven a los círculos sociales de nobles y plebeyos por igual, y no está por encima del arte, el comercio o la magia en las mentes de los ciudadanos.
Aunque Puerto Losire es notoriamente permisiva sobre las tendencias religiosas individuales, sigue estando en vigor una restricción que debe ser acatada un edicto promulgado por el señor de la ciudad que establece que ninguna fe puede librar batalla contra otra dentro de los límites de la ciudad, ni emplear prácticas religiosas que causen daño a terceros.
Entre las muchas capillas dispersas por toda la ciudad son pocos los sitios sagrados que atraen peregrinos, aunque junto a la bahía hay un pequeño santuario dedicado a los dioses de los mares que es muy popular en toda la región y al que los navegantes, antes de partir, suelen dejar alguna pequeña donación.
Así, no hay una religión prioritaria ni oficial en Puerto Losire y hay libertad de culto: en el barrio de Los Templos hay ciento doce templos distintos dedicados a otros tantos cultos distintos.

Burguesía.
Esta clase social es la élite de los plebeyos. Abarca a todos los hombres que, sin ser nobles, han conseguido enriquecerse, disponiendo muchas veces de más capital que los mismos aristócratas de la ciudad. Y es que Puerto Losire exporta cierta cantidad de objetos raros y valiosos por todo el mundo. Sus muchas caravanas mercantes envían codiciados objetos de arte y demás artículos de lujo por todo el sudoeste, donde son adquiridos por otros comerciantes que los distribuyen a lugares tan alejados como Yvr, Amazona o El Bosque Verde, u otros cientos de puntos distantes. ¿El resultado? No hay mercaderes más ricos y poderosos que los mercaderes de Puerto Losire, que residen en el Barrio de los Mercaderes o, los más ricos y prósperos, en el Distrito Norte. Sus negocios están repartidos por toda la ciudad, pues no están restringidas a ningun distrito específico (con excepción de Los Templos, el barrio religoso) y hay cientos de tiendas especializadas y servicios dispersos por toda la metrópolis, aunque abundan mayoritariamente en los abarrotados muelles del distrito del Puerto y de los Mercaderes.

Pueblo Llano.
Se trata de la clase más numerosa de la ciudad. Casi todos ellos viven en el Distrito Este y Oeste, o en el Losire Exterior, un barrio no reconocido de la ciudad que ha duplicado su tamaño en los últimos cinco años. La ciudad que se ha ido extendiendo fuera de sus murallas, murallas que no suponen ningún tipo de traba frente al comercio aunque la línea de la costa y los escarpados bordes de la meseta, que rodean la ciudad, suponen un limite a su expansión física.
La mayoría de los habitantes del Losire Exterior trabajan al servicio de los burgueses ricos que viven dentro de las murallas, y los más desafortunados pasan su jornada laboral en el Distrito Azufre o en El Pozo,... pero la cosa está empezando a cambiar. Algunos artesanos han prosperado enormemente y han adquirido mucho poder gracias a los incipientes gremios, organizaciones corporativas con reglamentos muy severos, muy rígidos, escalas jerárquicas muy estrictas, que les permiten guardar los secretos del oficio y vivir bien. Esta práctica no satisface a la burguesía rica, porque ellos quieren productos de precios bajos y producción en gran escala y los gremios son reticentes y un contrapoder creciente.
El Gremio de Pescadores es el gremio comercial más importante de la ciudad, aunque ha quedado seriamente debilitado por su enfrentamiento con el de pescaderos por el precio de la lubina. También destaca el gremio de Estibadores, el de los Herreros (dominado por una fuerte mayoría de enanos), el de Mercenarios, el de Asesinos y el de Ladrones.
El Losire Exterior alcanza con sus humildes edificaciones la orilla arenosa de la bahía. Con estrechas callejuelas, oscuras y sucias, este duro vecindario puede ser bastante peligroso en el que abundan ladrones, bandidos, pendencieros y otros tipos de baja estofa y poco recomendables.
Los hombres libres más desfavorecidos por la fortuna, los mendigos, los refugiados de la guerra con Yvr, los inmigrantes de Ártica, los fugitivos, e incluso algunos esclavos, residen en las entrañas de la ciudad, las cloacas y las canalizaciones de la ciudad, en subterráneo vecindario conocido como Los Bajos. Allí también se pueden encontrar los templos no reglados, de cultos oscuros y malvados.

Esclavos.
Oficialmente, la esclavitud no existe en Puerto Losire. En realidad, en el estrecho dedo de tierra que existe entre la muralla este y el río Aguasbravas, donde se levantan los sucios cobertizos de los centros de fabricación de la ciudad (herrerías, forjas, la industria del ladrillo y la piedra, serrerías,... la producción pesada de la ciudad) y que se le suele llamar Tierras Sucias, por la capa de hollín negruzco que cubre el suelo embarrado o Distrito Azufre, por su peculiar olor, la esclavitud es algo cotidiano.
También se pueden encontrar esclavos en Los Bajos y El Pozo, el oscuro distrito del Losire Exterior donde los negocios criminales más horrendos se suceden con total impunidad, y no es extraño ver algunos de ellos pasar encadenados desde sus celdas hasta la Arena, donde se celebran combates entre gladiadores.

Otros.
Los ladrones y los asesinos, pese a que tradicionalmente son clases marginales despreciadas que viven al margen de la sociedad, tienen mucho poder en la ciudad de Puerto Losire gracias a los gremios, cuyos líderes son miembros de las seis casas nobles. Organizados y con el visto bueno de los poderes de la ciudad, los criminales aprovechan los estrechos pasillos del Bazar y las atiborradas callejuelas de los mercadillos de los muelles o del Mercado del Último día de la semana para liberar de su pesada carga a los visitantes y turistas. En los últimos tiempos ha surgido un gremio de los asesinos envenenadores, una escisión del gremio de asesinos que actuan fuera de la ley y de las normas.

Los soldados de Puerto Losire sirven en la guardia (las fuerzas del orden cotidianas y más habituales) o en el selecto cuerpo del Aire, jinetes de grifos y dracos que mantienen el cielo seguro de criaturas hostiles, y cuyo cuartel se encuentra ubicado en lo más alto de la colina, junto a la Ciudadela.
Aunque, en principio, los jinetes de grifos son un cuerpo exclusivo del ejército mercenario que protege la ciudad la habitual inactividad permite que, por una generosa suma de dinero, trabajen de forma encubierta (aunque conocida por todos los habitantes de la ciudad) como servicio de transporte aéreo.
En total, la ciudad cuenta con doscientos soldados (cuarenta de ellos como jinetes de grifos y dracos, treinta como fuerzas especiales de élite, diez magos, dos druidas y un asesino).

Puerto Losire es reconocido en los Reinos Brillantes por ser un refugio de bardos, estudiosos y magos. En muchos sentidos se podría decir que la educación y la música son sus mejores productos, ya que mucha gente viene de muy lejos para beneficiarse de su Universidad, la Biblioteca Magna y la Academia de Magia. De hecho, se ha postulado que la ciudad alberga al mayor número de sabios de cualquier ciudad del mundo. Sea esto cierto o no, es innegable que en ella viven muchos más estudiosos que en otras ciudades de similar tamaño, y su número rivaliza incluso con los encontrados en otras ciudades del sur.

Algunas almas aventureras son atraídas por las historias de antiguas y profundas ruinas bajo la ciudad, que se rumorea que conectan directamente con la maravillosa Ciudadela que corona la ciudad. Las ruinas fueron selladas hace tiempo para prevenir a los incautos de liberar horrores olvidados y enterrados, aunque esta atracción de la ciudad que debería permanecer olvidada y abandonada aún anima a temerarios aventureros y cazadores tesoros. También muchos aventureros llegan a Puerto Losire como punto de partida a sus expediciones hacia el norte, a la fría región helada de Ártica y a las Montañas Grises, donde riquezas inimaginables esperan ser descubiertas.

Es conveniente apuntar que, aunque Puerto Losire es una ciudad eminentemente humana, son muchas las razas que residen en la ciudad y que dotan a la urbe de un mosaico multicolor. De hecho, Puerto Losire es conocido como uno de los pocos lugares donde se puede conseguir artesanía élfica (madera, vidrio y joyería) o enana (cuero, joyería y metal) sin tener que tratar directamente con estas aisladas razas en sus remotos hogares. Así, aunque es una ciudad básicamente poblada por humanos en más de la mitad de sus habitantes, tiene una pequeña comunidad de medianos (en el Barrio de los Mercaderes) y otra de elfos, además de algunos enanos.

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