domingo, 13 de abril de 2008

Hierbas (III). Herbalistas

Los herbolarios o herbalistas (ambas palabras son usadas de forma indistinta) son aquellas personas que poseen un profundo conocimiento de las generosidades de las plantas que les rodean. Ellos saben qué plantas pueden ser usadas para evitarlas dolorosas picaduras de los insectos y cuáles pueden producir una muerte dolorosa. Muchos herbolarios son habitantes de comunidades rurales que tienen escaso acceso a los lujos de la vida de la ciudad, donde la curación puede ser administrada por profesionales entrenados.
Habitualmente, los especialistas en las propiedades de las plantas y las hierbas obtienen su conocimiento de antiguas tradiciones heredadas de padres a hijos desde tiempos inmemoriales. Los herbolarios más cosmopolitas, por su parte, aprenden su oficio en escuelas y academias, y pueden llevar a cabo sus prácticas en ciudades, administrando remedios económicos a aquellos que no pueden permitirse los servicios de un cirujano o un farmacéutico. E incluso al servicio de la nobleza, como sanadores, o del gremio de asesinos, elaborando mortíferos venenos.
Los herbolarios aprenden desde temprana edad la gran cantidad de diferencias entre hojas, flores y raíces de las muchas plantas de los Reinos Brillantes. Usan su conocimiento para aprovechar sus propiedades en multitud de formas, produciendo ungüentos, lociones, tónicos y preparados para mitigar los dolores de los enfermos, o en ocasiones para causarlos. Los herbolarios usan sus habilidades con los mejores fines en un mundo donde la miseria y la muerte repentina son tan habituales como la vida misma.
Los Herbolarios desempeñan muchos papeles en la sociedad del mundo conocido. No solo saben qué plantas tienen determinadas propiedades, sino que además conocen la mejor forma de aprovechar esas características de la planta y qué método es más apropiado para administrarlo: un tónico para beber, una loción para aplicar o un preparado
para ingerirlo. Una vez que los herbolarios han realizado un diagnóstico de sus pacientes, pueden tomar una decisión apropiada de qué es lo que les está afectando y qué tipo de tratamiento será el mejor para lograr curarlos. Por supuesto, encontrar qué es lo que está afectando a un paciente no siempre es fácil, y muchas veces los tratamientos fallan, y en ocasiones incluso pueden llegar a agravar la situación del paciente, algo que sucede casi cotidianamente. El conocimiento por parte de los herbolarios de que plantas pueden ayudar a mejorar las condiciones de sus pacientes, es muy notable, sin embargo como un diagnóstico incorrecto puede echar por tierra todo su trabajo. Es por eso que los habitantes más acomodados de los Reinos Brillantes suelen disponer de un sanador para los diagnósticos y un herbolista para la elaboración de los remedios.
Así pues, los herbolarios saben cómo preparar tratamientos tradicionales para las enfermedades más comunes. Como muchos herbolarios viven en áreas rurales lejos de las rutas comerciales, deben saber como encontrar las hierbas que necesitan en la naturaleza. Ciertas hierbas solo pueden ser recolectadas en ciertas épocas del año, y muchas de ellas solo crecen en determinadas condiciones o en ciertas áreas. Los herbolarios rurales se encargan por si mismos de encontrar esas plantas de forma que deben conocer todo lo posible sobre ellas.
Debido a sus conocimientos, los herbolarios de las áreas rurales son, a menudo, las únicas personas disponibles a las cuales los granjeros locales o los leñadores pueden consultar cuando están enfermos. Si una dolencia les afecta a ellos o a sus animales, el herbolario local normalmente es
el primero a quien consultan. Los herbolarios también son buscados por sus conocimientos de higiene y para dar consejos sobre como prevenir las enfermedades, ya que los plebeyos raras veces tienen dicho conocimiento. Estas habilidades a menudo proporcionan a los herbolario una reputación entre la gente rural, tanto entre hombres y mujeres sabios, como entre los curanderos, pero estas habilidades pueden también alejar a los plebeyos dubitativos o hacer cuanto menos que sean temerosos de su presencia. El conocimiento es una cosa misteriosa en los Reinos Brillantes, incluso cuando se usa para hacer el bien. Esta actitud, sin embargo, no es lo suficientemente restrictiva como para evitar que la gente continué visitando a los herbolarios. Como ofrecen una alternativa gratuita o al menos económica frente a la enfermedad o la muerte, la gente común está dispuesta a pasar por alto los extraños conocimientos que poseen.
Los herbolarios de ciudad normalmente disponen de mucho más tiempo para evolucionar en sus carreras que sus primos rurales. La ciudad es un lugar donde hay un mayor reconocimiento del valor de aquellos que tienen grandes conocimientos, siempre y cuando dichos conocimientos sean apropiados. Estos herbolarios son a menudo la “mano de obra” de los más prestigiosos cirujanos y sanadores. Los sanadores aportan la vertiente mágica a la curación y los cirujanos, los "herreros de la curación", proporcionan las caras herramientas del laboratorio y el conocimiento sobre como añadir sustancias químicas a las mezclas de hierbas, mientras que los herbolarios encuentran, cultivan y cosechan las hierbas necesarias para los preparados.

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