Aunque se las llama escuelas, las escuelas de magia no son lugares organizados donde una persona acude a estudiar. La palabra "escuela" identifica una disciplina mágica. Una escuela es una aproximación a la magia y al lanzamiento de conjuros que enfatiza un tipo especial de conjuro. Una escuela es una de las ocho agrupaciones principales de conjuros que existen. Si así lo desea, un hechicero de los Reinos Brillantes puede especializarse en una de estas escuelas y obtener un dominio excepcional sobre ella. No siempre es así: los magos más poderosos, aquellos que son reconocidos como maestros de las artes arcanas, tienen conocimientos de todas las escuelas y son capaces de conjurar un sortilegio de cualquiera de ellas. La mayoría de los hechiceros concentran sus esfuerzos en una sola escuela de magia, y se les llama especialistas. Los hechiceros especialistas tienen ventajas y desventajas cuando se les compara a los magos que se atreven a conocer un poco de cada escuela. Sus oportunidades de conocer conjuros de su escuela de magia se ven incrementadas enormemente, pero el estudio intensivo da como resultado una posibilidad menor de conocer conjuros más allá de los de su escuela aunque su habilidad de buscar y crear nuevos conjuros dentro de su especialidad se ve incrementada. En conjunto, se deben considerar con cuidado las ventajas y las desventajas de la especialización puesto que la dedicación a la escuela de magia particular requiere toda la atención y concentración.Una categoría singular de los hechiceros especialistas son los especialistas en un hechizo. Estos magos pueden, a través de un estudio y dedicación intensivos, ser capaces de especializarse en un hechizo de igual modo que un guerrero se especializa en un arma.
• Abjuración. Conjuros que protegen, bloquean o destierran.
Los conjuros de abjuración son un grupo de conjuros protectores especializados. Cada uno es utilizado para prevenir o barrer algún efecto mágico o no mágico o criatura. A menudo son usados para proporcionar seguridad en momentos de gran peligro o cuando se intenta algún otro conjuro particularmente peligroso.
• Adivinación. Conjuros que revelan información.
Las adivinaciones menores pueden ser aprendidas por todos los hechiceros, independientemente de su afiliación. Esta escuela incluye los más básicos y vitales conjuros del hechicero, aquellos que necesita para practicar otros aspectos de su arte. Las adivinaciones menores incluyen leer magia y detectar magia.Las adivinaciones mayores son más poderosas que las adivinaciones menores. Esos conjuros permiten al hechicero aprender secretos olvidados durante largo tiempo, predecir el futuro y descubrir cosas ocultas o cubiertas por conjuros.
• Conjuración. Conjuros que tan criaturas o materiales hasta el lanzador.
Los conjuros de conjuración (o llamada) traen algo desde alguna otra parte al que lanza el conjuro. Normalmente la conjuración produce materia u objetos de algún otro lugar. La llamada permite al que lanza el conjuro forzar el que criaturas vivas y potencias aparezcan en su presencia o canalizar energías extraplanares a través de sí mismo.
• Encantamiento. Conjuros que infunden a su receptor alguna propiedad o conceden a su lanzador poder sobre otra criatura.
Los conjuros de encantamiento (o hechizo) provocan un cambio en las cualidades de un objeto o la actitud de una persona o criatura. Los encantamientos pueden proporcionar propiedades mágicas a objetos ordinarios, mientras que los hechizos pueden influenciar contra su voluntad el comportamiento de seres.
• Evocación. Conjuros que manipulan la energía o crean algo a partir de la nada.
Los conjuros de evocación (o invocación) canalizan la energía mágica para crear efectos y materiales específicos. La invocación confía normalmente en la intervención de alguna agencia superior (a la que se dirige el que lanza el conjuro), mientras que la evocación le permite modelar directamente la energía.
• Ilusión. Conjuros que alteran la percepción o crean imágenes falsas.
Las ilusiones tienen por finalidad engañar los sentidos o las mentes de los demás. Los conjuros que causan que la gente vea cosas que no están allí, oiga ruidos no producidos o recuerde cosas que nunca han sucedido son todos ilusiones.
• Transmutación. Conjuros que transforman físicamente a su receptor o cambian sus propiedades de forma más sutil.
Los conjuros de transmutación (o alteración) causan un cambio en las propiedades de alguna cosa, criatura o condición ya existente. Esto se consigue gracias a la energía mágica canalizada a través del mago.
• Nigromancia. Conjuros que manipulan, crean o destruyen la vida o la fuerza vital.
La más peligrosa y temida de las ocho escuelas de la magia.La necromancia es una de las más restrictivas de todas las escuelas de conjuros. Trata con las cosas muertas o el restablecimiento de la vida, miembros o vitalidad de las criaturas vivas. Aunque es una escuela pequeña, sus conjuros tienden a ser poderosos.
El nigromante, el más temido de todos los usuarios de magia de los Reinos Brillantes, se encarga de conjurar los espíritus de los muertos y de manipular las tenebrosas y antinaturales esencias de la no vida.Cuando la vida de un mortal se acaba, su alma retorna al mundo de los espíritus, abandonando el mundo para siempre. En muy raras ocasiones, el alma de los muertos puede quedarse en el plano material: una muerte dramática, la sensación de que algo importante le queda por hacer antes de morir, como resultado de una maldición o por la influencia de un poder maligno.Naturalmente, el poder derivado de controlar las almas de los muertos es muy grande, aunque está absolutamente en contra del equilibrio del mundo. Por lo tanto, los pocos humanos que han decidido convertirse en nigromantes son, en mayor o menor grado, sirvientes de facto del caos, del mal. Sólo mediante la adhesión a los cultos oscuros puede conversarse con la tierra de las sombras para ganar las necesarias habilidades nigrománticas.
En cuanto a su aspecto y personalidad, los nigromantes son personas retraídas, sórdidas, ocupadas sólo en sus experimentos mágicos y en mejorar sus habilidades. No valoran para nada la vida de los demás (la suya propia sí, como todos los egoístas) y no se interesan casi nunca en “ciencias fútiles”, como son la medicina, la química y la alquimia, o el herbalismo. Para un nigromante, los únicos vivos que merecen su respeto son los que están muertos, ya que al menos les sirven para sus experimentos de revivificación. Tampoco se ven nunca interesados en el combate cuerpo a cuerpo, prefiriendo que los muertos que han reanimado se encarguen del trabajo sucio, mientras que él se mantiene en la retaguardia lanzando los pocos hechizos ofensivos que conoce. Los nigromantes no utilizan nunca la magia vinculada a la vida o a la naturaleza, que consideran impropia para sus conocimientos. En su lugar, utilizan sortilegios que atacan al espíritu.
Sobra decir que las artes nigrománticas son tabú en la mayoría de las sociedades de los Reinos Brillantes, por lo que los nigromantes procuran no difundir sus habilidades por cualquier sitio.
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