lunes, 28 de enero de 2008

Los Paisajes Fantásticos (II)

• Clasificación.
La literatura fantástica es un género literario de ficción, generalmente en forma de novelas o de relatos cortos. Se caracteriza porque utiliza elementos imaginarios de las leyendas, las fábulas y los mitos, formas sobrenaturales, personajes y lugares irreales como un elemento primario del argumento, la temática o el ambiente.
El relato con acontecimientos irreales de la literatura fantástica suele girar en torno a los valores humanos (sus inquietudes, sus preocupaciones, sus ambiciones, sus intereses,...) aunque, al no haber límite alguno, puede que los protagonistas nada tengan que ver con esta "humanidad" ni con el mundo, tal y como lo conocemos. Y es que por debajo de nuestra realidad, existe otro mundo regido por leyes que desconocemos totalmente. Esta realidad extraña se hace evidente a los ojos del personaje y del lector y ambos se sumergen, por unos instantes, en una experiencia inolvidable y perturbadora.
Los relatos con acontecimientos irreales (como también los de ciencia-ficción) responden a una necesidad de evasión del mundo cotidiano, demasiado vulgar y desprovisto de sorpresas, y nos hacen soñar en un mundo en el que todo es posible, donde el mundo cotidiano del día a día no es el único habitáculo del hombre, pues este sale a la conquista de otros universos, situados unas veces en el mundo sobrenatural, otras en el cosmos y otras, simplemente, en el devenir misterioso de la humanidad.
La literatura parece que ha reservado a la fantasía temas tales como la magia, valientes caballeros, damas en peligro, bestias míticas y búsquedas. Anhelos de juventud, aventuras reservadas a los primeros lectores que buscan en los libros esos mundos fantásticos que su imaginación, aún despierta y en plena ebullición, reproduce en los juegos.
Es una disciplina de las artes escritas al que se tiende a restar, a los ojos de la crítica, el valor que realmente tiene. De hecho suele considerarse a la literatura fantástica y a todos sus derivados como un arte menor dentro de la literatura, libros infantiles y juveniles que no tratan temas adultos ni profundizan en las problemáticas que afectan al mundo contemporáneo, juzgados con desprecio elitista como "productos de adolescentes". En nuestra opinión, un error y una aproximación demasiado superficial al contenido de estas obras, aunque no es este el sentido del análisis que nos hemos encomendado en este artículo. La valoración de la literatura fantástica como género de la literatura de calidad no nos corresponde a nosotros.

Hoy el hombre ya no puede creer en las leyendas antiguas y su percepción de lo sobrenatural ha cambiado para siempre, achacando este cambio a los progresos técnicos que han influido fuertemente en el ser humano y en su visión del mundo. El lector ya no es tan crédulo y las supersticiones y leyendas ya no le asustan. Por ello, el autor debe mostrar más sutileza para provocar el escalofrío de inquietud y duda propio del género.
Sólo se tiene miedo de lo que no se entiende. Lo que distingue un relato fantástico de un cuento de hadas es la oportunidad que da al lector la narración fantástica de identificar el universo representado como el suyo propio y de intentar racionalizar los elementos sobrenaturales que rompen con las leyes naturales del mundo y con la posibilidad de conocimiento racional de la realidad.

¿Cómo clasificar ese tipo de relatos? Hay muchas disciplinas dentro de la literatura que se pueden definir como "literatura fantástica", como veremos a continuación.
Para simplificar este aspecto secundario de nuestro análisis, diferenciaremos tres categorías dentro de la ficción no-realista o literatura fantástica: lo maravilloso, lo insólito y lo fantástico. Cada uno de estos géneros se basa en la forma de explicar los elementos sobrenaturales que caracterizan su manera de narración.

Lo insólito.
Si el fenómeno sobrenatural se explica racionalmente al final del relato, como en el relato "Los asesinatos de la calle Morgue", de Edgar Allan Poe, estamos en el género de lo insólito. Lo que a primera vista parecía escapar a las leyes físicas del mundo tal y como lo conocemos no es más que un engaño de los sentidos que se resolverá según estas mismas leyes.
Una variante de lo insólito podría ser lo extraño, cuando este nos da la posibilidad de justificar, con herramientas reales, todos los acontecimientos irreales que han sucedido a lo largo de la obra. Son ejemplos claros de relatos extraños: Los sueños, las historias contadas por dementes o personas bajo efectos de sustancias que alteran su percepción de la realidad, etc. Entonces, un relato es extraño cuando, a pesar de los hechos irreales que en él se suceden, no causa vacilación (o esta se disipa) por haber una explicación perfectamente lógica para los mismos.
Un relato es fantástico-extraño si la vacilación se disipa al final, es decir, solo al final del relato se aclaran todas las dudas, como sería el clásico final "...y todo resulto ser un sueño". También existiría el relato "extraño puro": aquel relato donde, ya desde el comienzo, contamos con la herramienta real que nos permite enmarcar todos los hechos irreales dentro de la lógica: "Y comenzó a soñar que...". Otro ejemplo de relato "extraño puro" es aquel que, si bien puede explicarse mediante la lógica, son enormes casualidades, o hechos que muy difícilmente puedan ocurrir; hechos altamente improbables.

Lo maravilloso.
Por otro lado, si el fenómeno natural permanece sin explicación cuando se acaba el relato, entonces nos encontramos ante lo maravilloso. Tal sería el caso de los cuentos de hadas, fábulas, leyendas, donde los detalles irracionales forman parte tanto del universo como de su estructura.
En cuanto al relato maravilloso, si el lector decide que es necesario admitir nuevas leyes de la naturaleza mediante las cuales el fenómeno puede ser explicado, entramos en el género de lo maravilloso. Es decir, en el relato maravilloso, como se menciono anteriormente, resultan insuficientes las posibilidades lógicas para explicar los hechos que se desencadenan, y es necesario asumir que la acción transcurre en otro universo, con otras leyes.

Se establece divisiones entre las distintas clases de relato maravilloso, mencionando las siguientes divisiones:
- Maravilloso hiperbólico: El tamaño de los seres u objetos es irreal.
- Maravilloso exótico: Los hechos irreales son introducidos como reales, excusándose en que suceden en territorios lejanos o desconocidos.
- Maravilloso instrumental: Se hace uso de herramientas irreales en un entorno real. Puede suceder que dichas herramientas sean solo irreales para la época en la que transcurre el relato.
- Maravilloso puro: Completamente inexplicable, donde lo irreal no son simples detalles como en los casos anteriores, sino que todo el entorno esta involucrado. Guarda menos similitudes con el "mundo real" que los otros casos.
- Maravilloso científico o Ciencia-ficción: Tras lo descrito anteriormente, se hace necesario aclarar, de manera breve, la diferencia entre literatura fantástica y ciencia-ficción. Aunque ambos géneros comparten varios elementos, son distintos: la ciencia-ficción tiene una base racional, mientras que la literatura fantástica no la tiene. La ciencia-ficción es una especie de proyección al futuro a partir de datos científicos del presente.
En su origen, la ciencia-ficción no fue más que una rama de la literatura fantástica. Nació en la segunda mitad del siglo XIX, y en el XX ha conocido un desarrollo prodigioso.
Queda claro entonces, que ciencia-ficción y literatura fantástica son dos géneros bien diferentes entre sí, siendo dicha diferencia tan concreta como el límite entre lo posible y lo imposible.

Lo fantástico.
Lo fantástico es una ruptura en la trama de la realidad cotidiana. En un contexto realista se produce un acontecimiento extraordinario que, paulatinamente, atrae la atención del personaje principal hasta invadir completamente su mundo y transformarlo. La normalidad se quiebra. Su percepción del mundo será distinta a partir de esta experiencia turbadora.
El género fantástico se encuentra entre lo insólito y lo maravilloso, y sólo se mantiene el efecto fantástico mientras el lector duda entre una explicación racional y una explicación irracional. Asimismo, rechaza el que un texto permanezca fantástico una vez acabada la narración: es insólito si tiene explicación y maravilloso si no la tiene. Según él, lo fantástico no ocupa más que «el tiempo de la incertidumbre», hasta que el lector opte por una solución u otra.

La literatura fantástica ambienta sus historias en un mundo diferente al de la realidad en que vivimos, donde lo sobrenatural entra en conflicto con la realidad, las leyes físicas que aportan seguridad y estabilidad desaparecen o cambian, amenazando la existencia del ser humano. Cuando ese conflicto no surge no se produce lo fantástico, es así que los seres divinos (de cualquier religión), los genios, los duendes, las hadas, los dragones, son criaturas habitantes de los mundos maravillosos, donde el terror propio de la literatura fantástica desaparece, porque en lo maravilloso no existe conflicto con lo real, en tanto que esta categoría (lo real) no aparece reflejada en el texto y por ende, no se produce conflicto alguno. La literatura fantasiosa entendida como quimérica, que no tiene realidad pertenece a la categoría de lo maravilloso, como conflicto con la realidad, a lo fantástico.
Ya hemos desarrollado los distintos tipos de relatos con acontecimientos irreales: el fantástico, el extraño y el maravilloso. Además, hemos diferenciado la literatura fantástica de la ciencia-ficción. Para concluir esta introducción, trataremos otras clasificaciones:

Realismo fantástico.
Un movimiento literario nacido en Latinoamérica, que se caracteriza sustancialmente por una combinación de la realidad y la fantasía. El realismo fantástico ciertamente pertenece a la literatura fantástica, aunque posee sus propias características: el argumento es un hecho real, al cual se le agrega un "ingrediente de ilusión o fantasía". Los personajes de este tipo de relatos provienen de la cultura de los pueblos, sus supersticiones, sus tradiciones, su folklore, sus leyendas, su historia, en conclusión, su idiosincrasia.

Ficción Especulativa. Ucronías.
El género fantástico se asocia y se pone en contraste con la ciencia-ficción y con el terror. Los tres géneros ofrecen elementos comunes tales como elementos alejados radicalmente de la realidad o especulaciones sobre cómo podría ser dicha realidad, o cómo pudiera haber sido. El concepto fue propuesto por Harlan Ellison para sustituir al de ciencia ficción/fantasía/terror.

Dentro de este género podríamos englobar también las ucronías, literatura especulativa que parte de hechos históricos que jamás llegaron a suceder, como narrar aventuras en el siglo XXI ambientadas en un continente europeo donde Alemania venció en la Segunda Guerra Mundial (Patria -Fatherland-, de Robert Harris) o novela negra ambientada en la actualidad, en la ciudad eterna, sin que el Imperio Romano hubiera caído jamás antes el avance de las hordas bárbaras del norte y la decadencia (Roma, de Robert Siverberg)

Fantasía heroica. Espada y brujería.
Subgénero de la literatura fantástica (y por extensión, de cinematografía fantástica) que se caracteriza por la presencia de seres mitológicos (dragones, elfos, etc.) y un fuerte componente mágico y épico. Como en las viejas epopeyas, el protagonista es un héroe que debe hacer frente a las fuerzas del mal (monstruos, magos malignos...) y derrotarlas. Suelen estar ambientadas en tiempos remotos e indefinidos. Las historias de 'fantasía heroica se denominan también "de espada y brujería". La acción suele ubicarse en sociedades técnicamente atrasadas, que recuerdan el Medievo o la Antigüedad.

Cuento de hadas.
Narración breve de ficción, un cuento de hadas es una historia con personajes folclóricos, un subgénero dentro del cuento. Estas historias involucran con frecuencia a príncipes y princesas, y las versiones modernas suelen tener un final feliz y una moraleja. En las culturas donde los demonios y brujas se perciben como seres reales, los cuentos de hadas pueden fundirse en la narrativa legendaria, donde el narrador y los oyentes consideran que el contexto tiene un trasfondo histórico. Sin embargo, y a diferencia de las leyendas y épicas, los cuentos de hadas no suelen contener más que referencias superficiales a la religión y a lugares, personas y sucesos reales. Aunque estas alusiones son con frecuencia críticas al comprender los orígenes de estas evocadoras historias.

Fábula.
Breve relato ficticio, en prosa o verso, con intención didáctica frecuentemente manifestada en una moraleja final, y en el que pueden intervenir personas, animales y otros seres animados o inanimados.
Una fábula es un relato breve de ficción, protagonizado por animales que hablan y escrito en verso con una intención didáctica de carácter ético y universal formulada la mayor parte de las veces al final, en la parte denominada moraleja, más raramente al principio o eliminada ya que puede sobreentenderse o se encuentra implícita. Francisco Martín García, gran estudioso del tema, la define como un relato más bien corto, donde pueden intervenir animales, hombres, dioses, plantas y personificaciones, habitualmente con carácter ficticio y siempre con valor simbólico, que puede ser una narración entretenida, útil y bien pergeñada, y que busca enseñar deleitando mediante el ejemplo y la crítica social.
Las fábulas son excelentes instrumentos didácticos pues ayudan a grabar en la mente ideas y pensamientos morales de modo inolvidable.

Mito y Leyenda.
Finalmente creemos necesario establecer dos categorías más, que hacen referencia no tanto al contenido de la narración, a su longitud o a su forma sino a la asumida falta de realidad: el mito y la leyenda son narraciones que admiten su contenido ficticio por mucho que el origen del texto sea un hecho real.

Así, el mito es una narración que, desde un lenguaje simbólico, recupera los orígenes, el mundo en su inicial creación divina. Así, el mito alude generalmente al nacimiento del universo o al tema de cómo fueron creados los seres humanos y animales, o cómo se originaron las creencias, los ritos y las formas de vida de un pueblo. Para las culturas arcaicas donde el mito emerge éste siempre es vivido como verdadero. El mito es vera narratio, narración verdadera de lo real.
Se ha dicho muchas veces que el mito es una "enfermedad del lenguaje", pues los mitos de los pueblos antiguos surgen a partir de deformaciones lingüísticas que acaban por personificar conceptos abstractos.
Por otro lado, la leyenda es una narración tradicional o una colección de narraciones relacionadas entre sí que parte de situaciones históricamente verídicas, pero que luego puede incorporar elementos de ficción. En el mito todo es estimado como verdadero. En la leyenda se combinan verdad y ficción. La palabra procede del latín medieval legenda y significa ‘lo que ha de ser leído’. Denominación que procede del hecho de que algunos oficios religiosos de la primitiva Iglesia cristiana se leían en voz alta legendas o vidas de santos.
Otra diferencia entre mito y leyenda es que la leyenda se relaciona con un lugar y una época determinadas. El mito alude a los orígenes, que suelen estar fuera del tiempo. Por otra parte, el mito se ocupa principalmente de los dioses, mientras que la leyenda retrata en general a un héroe humano.

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