• Más Referentes e influencias.
- Olimpo.
El Monte Olimpo (Olýmpos, que significa "el luminoso"), en la región de Tesalia, es la montaña más alta de Grecia y los Balcanes junto al Musala de Bulgaria, ambos con 2.925 metros de altitud. La mitología griega situaba en el Olimpo el hogar de los dioses olímpicos, los principales dioses del panteón griego. Los griegos creían que en él había construidas mansiones de cristal en la que moraban los dioses.
En la mitología griega, los dioses olímpicos eran los principales dioses del panteón griego, catorce dioses diferentes a lo largo de la historia aunque nunca más de doce a la vez (de ahí que a veces se haga referencia a ellos como los doce olímpicos). Así, Zeus, Hera, Poseidón, Ares, Hermes, Hefesto, Afrodita, Atenea, Apolo y Artemisa son siempre considerados dioses olímpicos. Hestia, Deméter, Dioniso y Hades son los dioses variables que completaban la docena. Hestia cedió su posición como olímpica a Dioniso para poder vivir entre los hombres (finalmente se le asignó el papel de cuidadora del fuego en el monte Olimpo). Perséfone pasaba seis meses al año en el inframundo (provocando así el invierno), y se le permitía volver al Olimpo los otros seis meses para poder estar con su madre, Deméter. Y, aunque Hades siempre fue uno de los principales dioses griegos, su morada en el mundo subterráneo de los muertos hacía su relación con los olímpicos más delicada.
- Camelot.
Camelot es el nombre de la fortaleza del legendario Rey Arturo, desde donde libró muchas de las batallas que jalonaron su vida. Su situación concreta se desconoce actualmente y podría ser una provincia romano-británica ficticia de la Bretaña postromana. La ciudad fue mencionada por vez primera en el poema Lancelot, el Caballero de la Carreta de Chrétien de Troyes, donde no parece tan importante como llegaría a ser en la leyenda artúrica.
Entre las posibles ubicaciones de Camelot se incluyen el castillo de Cadbury, el castillo de Tintagel, Viroconium, Caerleon-on-Usk (en el sur de Gales), el castillo de Dinerth (cerca del río Arth, al oeste de Gales) e incluso el castillo de Windsor, según algunas especulaciones tras las excavaciones arqueológicas del 2006. También se ha insistido en algunos estudios que el nombre «Camelot» puede derivar de Camulodunum (nombre romano de la actual Colchester), fortaleza de los reyes catuvellaunos y más tarde capital provincial de la Britannia romana, su localización en Essex (en la Anglia oriental) la sitúa en el rey anglosajón equivocado.
Autores como Sir Thomas Malory (en Le Morte Dartur, de 1485), Lord Tennyson (en The Idylls of the King, de 1842), Mark Twain (en A Connecticut Yankee in King’s Arthur Court, de 1889) o T.H. White (en The Once and Future King, de 1939), además del anónimo La Mort le Rei Artu del siglo XIII, ubicaron sus narraciones en este lugar.
- Arcadia.
Según la mitología griega Arcadia, una región ubicada en el centro del Peloponeso, en Grecia, era el reino de Pan, dios de la naturaleza y patrono de los pastores. Hoy Arcadia es un símbolo, aceptado en forma general, de un lugar idílico, el paraíso pastoral del mito clásico de felicidad perfecta y de belleza, pero rodeado también de un halo de dulce y triste melancolía. Es el lugar ideal del hombre en estado natural. Sin embargo, no había en el pensamiento clásico una idea única de cómo era ese reino del hombre primitivo.
La Arcadia que los griegos conocían era aquella en la que el dios Pan reinaba y tocaba la siringa, cuyos habitantes eran conocidos por sus dotes musicales y por su rústica hospitalidad. Pero también eran famosos por su bajo nivel de vida y por su gran ignorancia. El historiador Polibio, hijo célebre de la Arcadia, la describe como una región árida, pobre, rocosa y fría, aunque también hace mención a los dones musicales de sus habitantes. Pero cuando los griegos (como el poeta Teócrito con sus Idilios), querían imaginar un escenario apropiado para sus poesías bucólicas y pastoriles, elegían la isla de Sicilia, que por aquellos tiempos estaba llena de prados floridos, umbrosos bosques y dulces brisas.
Es en la poesía latina cuando la Arcadia comienza a ser considerada como un lugar distinto a como los griegos la imaginaban. Quienes hablan de la Arcadia son Ovidio y Virgilio, poetas latinos. Ambos poetas parten de la idea que Polibio tenía de la Arcadia, pero cada uno la utiliza de manera distinta: para Ovidio, Arcadia era un lugar de salvajes, indisciplinados que desconocían el arte. Ni siquiera menciona el único rasgo que podría salvarlos, es decir, su amor por la música. Virgilio en cambio, la ve como un lugar ideal al que agrega atractivos: una vegetación exuberante, una primavera permanente y todo el tiempo disponible para el ocio y el amor. Esta síntesis que realizó Virgilio entre el universo de la Arcadia salvaje y el mundo paradisíaco de Sicilia, es la que hoy se manifiesta en la idea más actual de lo que es Arcadia: un mundo primitivo ideal. Para referirse a un paisaje idílico se utiliza incluso el sinónimo “virgiliano”.
Tras Virgilio, la idea fue retomada en el círculo de Lorenzo de Médicis en los años 1460 y 1470, durante el Renacimiento Florentino. En su obra pastoral Arcadia (1504), Jacopo Sannazaro estableció la percepción de comienzos de la Era Moderna sobre la Arcadia como un mundo perdido de idílico encanto, recordado con tristeza. En 1590, sir Philip Sidney hizo circular copias de su romance La Arcadia de la Condesa de Pembroke, que pronto dio a la imprenta y Jacopo Sannazaro (en Arcadia de 1501) y Félix Lope de Vega (en La arcadia de 1598) también ubicaron sus narraciones en este lugar..
- Valhalla (y Asgard).
Asgard, en la mitología escandinava, es el mundo de los dioses, "la morada de los Ases". El cielo, por oposición a Midgard, la tierra.
Para edificarlo contrataron los servicios de un gigante que fue su arquitecto. Éste había prometido construirlo en un tiempo muy corto, y los dioses habían prometido que si esto era así, le cederían al joven arquitecto en pago por su trabajo al Sol, la Luna, y la diosa Freya. Ahora bien, el arquitecto poseía un caballo maravilloso capaz de transportar en un instante masas increíbles de roca; tanto y tan bien actuó que, pocos días antes del plazo fijado, el palacio se aproximaba a su perfección. Los dioses, que habían establecido el pacto porque creían que el gigante no era capaz de cumplirlo, sintieron miedo, y se les ocurrió crear una yegua maravillosa (de hecho, Loki disfrazado), a la que pusieron en el camino del caballo. Éste abandonó su trabajo para perseguirla, y el gigante fue incapaz de terminar el trabajo como había prometido. Furioso por su derrota, el gigante quiso lanzarse contra los dioses, pero Thor lo derribó.
En la mitología escandinava, Valhalla es el paraíso al cual los héroes van, al morir en combate. Se sitúa en el palacio de Odín en Asgard, donde los héroes fallecidos son recibidos por Bragi y conducidos por las valquirias.
Tiene quinientas cuarenta puertas, muros hechos de lanzas, un tejado hecho de escudos y bancos cubiertos de armaduras. Se dice que hay lugar suficiente para todos los elegidos. Aquí, todos los días, los guerreros muertos (Einherjar) que asistirán y acompañarán a Odín en el Ragnarok, el conflicto final de los dioses, se preparan para la batalla en las llanuras de Asgard. Por la noche, retornan a Valhalla para disfrutar de banquetes de jabalís acompañados de hidromiel.
Los que no consiguen meritos suficientes para ascender a Valhalla, terminan en el hogar de la muerte (Hela), en un lugar bajo la tierra (Niflheim), o en otros sitios designados. Los que se pierden en el mar, por ejemplo, son llevados al palacio de Aegir, en el fondo del mismo.
- Shangri-La.
James Hilton habla en su novela Horizontes Perdidos (1933) de un lugar llamado Shangri-La, en medio de la cordillera del Himalaya, en el que había paisajes maravillosos y en donde el tiempo se detenía en un ambiente de paz y frescura. Basada en la mística ciudad budista de Shambhala, Shangri-La se convirtió en un mito para soñadores, aventureros y exploradores intentaron hallar ese paraíso perdido... inexistente.
Hoy Shangri-La evoca lugares ocultos donde reina la paz eterna, una nueva formalización del bíblico Jardín del Edén que algunos ubican hoy en el territorio tibetano de Diqing aunque muchos otros países se adjudican por razones turísticas.
Además de Hilton, autores como Edgar Allan Poe (en Tales of the Grotesque and Arabesque, de 1840) o Adolfo Boiy Casares (en El perjurio de la nieve, de 1944) también ubicaron sus narraciones en este lugar.
Como curiosidad es pertinente comentar que Shangri-La fue el primer nombre de la sede de descanso presidencial estadounidense en Camp David, ubicada entre colinas. Se lo puso su primer ilustre hospedado, el presidente Franklin Delano Roosevelt.
miércoles, 23 de abril de 2008
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