domingo, 21 de octubre de 2007

Alquimia

"En verdad ciertamente y sin duda, todo lo que está abajo es como lo que está arriba, y todo lo que está arriba es como lo que está abajo, para realizar los milagros de una cosa." Primera frase de la Tabla Esmeralda, fuente del conocimiento de los alquimistas y primero de los cuarenta y dos Libros del Saber.

Los alquimistas suelen afirmar que su arte es ciencia mientras que la mayoría de los habitantes de los Reinos Brillantes tienden a pensar en la alquimia como algo mágico, más parecido a la hechicería que a la medicina. Algunos, algo más informados, identifican los objetivos de la alquimia en la transmutación de los metales comunes en oro, el descubrimiento de la cura universal para las enfermedades y los medios para prolongar la vida indefinidamente. Y es que la alquimia es una antigua práctica protocientífica y disciplina filosófica que combina muchos elementos distintos, desde la química, la metalurgia, la física, la medicina, la astrología, la semiótica, el misticismo, el espiritualismo hasta el arte, con aspectos místicos, esotéricos y artísticos.

La Alquimia de los Reinos Brillantes en realidad posee fines superiores a la simple materialidad, aunque sea éste el campo en el que más se haya desarrollado. El Alquimista (aquél que practica la Alquimia) no solo busca influenciar el plano terrenal con su arte sino también el espíritu, o al menos eso quieren pensar sus practicantes.
Un Alquimista es un verdadero buscador del conocimiento, busca la verdad última para enriquecer el alma por encima de lo terrenal. Pero no es de sorprender que los habitantes de los Reinos Brillantes no conozcan este segundo aspecto. En la época de los primeros practicantes de la magia, en que los hechiceros eran temidos, perseguidos y quemados, los alquimistas aprendieron a esconder en sus trabajos y proyectos materiales la verdad de sus estudios. De hecho, la mayoría de los alquimistas aprendieron a esconder sus trabajos, preocupados por la frágil línea que diferenciaba, a ojos de la plebe, sus investigaciones alquímicas y sus extraños experimentos, de la magia.
Y es que aunque muchos buscaban develar los secretos del alma, de los procesos de la mente y de la misión divina del espíritu y su destino son pocos los registros de alquimistas que hayan aportado cosas buenas al mundo. Los casos más conocidos están teñidos de desastres y muerte, de manera que es lógico entender la predisposición negativa de los habitantes de los Reinos Brillantes a esta disciplina, así como el secretismo con el que envolvían los alquimistas su trabajo.

Una definición más adecuada sería llamarla “El Arte de la Transmutación”. La Alquimia entiende a la Transmutación como el proceso a través del cual se logra transformar una cosa en algo cuya naturaleza es superior. En el campo material, se ha logrado transmutar y purificar sustancias materiales, logrando cambiar su carácter y exaltando sus cualidades, logrando llevarlas a un estado de mayor evolución (al cual no pudieron llegar a través de la naturaleza). Por el lado de lo espiritual, los Alquimistas buscan el mismo fin por medio de la transmutación de los seres, llevándolos a su naturaleza divina. Lo que se busca con esto es cambiar lo ilusorio y pasajero por lo real y eterno, lo inconsciente por lo consciente, la ignorancia que sume todo en tinieblas por el conocimiento y la verdad que todo lo iluminan, y el fin superior de lo mortal a lo inmortal.

En la actualidad existen muy pocos alquimistas, y la mayoría de los estudiosos de la Alquimia pertenecen al único gremio oficial, ubicado en la ciudad de Puerto Losire. Fue éste gremio el que a su fundación congregó a un gran número de alquimistas dispersos de las regiones norteñas, rechazando parte del ocultismo que había acumulado a lo largo de los años, y con el pasar del tiempo el poder, los recursos y la fama del único gremio aceptado en los Reinos Brillantes fue atrayendo cada vez más y más alquimistas; de este modo los alquimistas que no están vinculados al grupo no tienen ni poder, ni recursos, ni fama. Como consecuencia de esto el habitante promedio desconoce que hay alquimistas que no son un alquimista del gremio de Puerto Losire, un miembro más de un sistema estrictamente controlado por las autoridades, cuyos miembros están organizados jerárquicamente y rinden cuentas periódicamente a sus superiores. Han dejado de ser científicos para pasar a ser mercaderes de servicios por el interés material. Aún a pesar del gremio de Puerto Losire, la percepción común de los alquimistas es que son pseudocientíficos, mentirosos y charlatanes que intentan convertir plomo en oro y emplean la mayor parte de su tiempo elaborando remedios milagrosos, venenos y pociones mágicas.

Sin embargo, aún en la actualidad existen alquimistas que buscan el fin espiritual por encima del material, que aún mantienen el interés en la búsqueda del conocimiento y la elevación del espíritu.
Estos pocos alquimistas estudian para obtener los beneficios del plano material de ésta ciencia y poco les interesa los otros fines. Su interés en la Alquimia, como una ciencia superior a la simple química y boticaria que algunos practican, proviene en la búsqueda de obtener un mayor conocimiento del que un simple estudioso puede obtener con la química... aunque la verdad es que las metas más habituales de los alquimistas son la transmutación de metales corrientes en oro o plata mediante la piedra filosofal y la creación de una panacea, un remedio que supuestamente curaría todas las enfermedades y prolongaría la vida indefinidamente.

Sea como sea, todo el conocimiento alquímico, adepto al gremio de Puerto Losire o libre, sigue usando lenguaje cifrado, crípticos símbolos para ocultar la información de los ojos ajenos que contienen múltiples capas de significado, alegorías y referencias a otras obras igualmente crípticas y que deben ser laboriosamente «descodificadas» para poder descubrir su auténtico significado oculto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Realmente muy buen artículo, mis felicitaciones

http://www.cristiancasadey.blogspot.com