martes, 11 de diciembre de 2007

Avances tecnológicos

Avances tecnológicos de la Edad Media, por Emilia Deleglise.

Este interesante documento que expone brevemente las novedades tecnológicas más importantes del periodo medieval será sin duda muy útil para cualquier narrador quiera mencionar dichos avances en sus textos e incorporarlos a sus aventuras. Muchos de estos, la mayoría, ya se consideran en muchas historias de fantasía o juegos de rol, y habitualmente vienen vinculadas a las razas más avanzadas o a las más inquietas.

Las Armas de fuego.
En la Edad Media se empleaba el fuego griego, que era un arma rudimentaria. Se trataba de un recipiente lleno de productos explosivos que se lanzaba en las filas enemigas donde explotaba al caer, incendiando todo lo que se encontraba a su alrededor. En el siglo XI los cruzados debieron afrontar las pedradas de los sarracenos, pequeños barriles llenos con una mezcla de betún, azufre, petróleo, alcanfor, resina, y polvo de carbón que explotaba, propagando llamas, que ni siquiera el agua podía extinguir. Pero fue en Florencia donde se pensó por primera vez emplear una mezcla de detonante para lanzar proyectiles.
Las bombardas aparecidas probablemente en el siglo XIII, tuvieron un uso habitual durante los siglos XIII y XIV. Ellas lanzaban grandes bolas de piedra o de fundición. El cañón estaba colocado sobre un soporte o afuste y a veces, cuando era necesario desplazarlo se lo montaba sobre ruedas. El arma era cargada con pólvora de cañón, a la cual se la hacía explotar después de haber colocado el proyectil.

La Ballesta.
En un documental que sella la alianza entre Génova y Alejandría, fechado el 21 de febrero de 1180, se menciona ya la ballesta.
Los pueblos bárbaros ignoraban la existencia de esta arma, pero durante la segunda Cruzada, los combatientes estaban armados de ballestas, corazas y escudos cubiertos de cuero para protegerse de la lluvia mortal de las saetas sarracenas.
Las partes esenciales de la ballesta son: el "arco", generalmente de acero, a veces de madera o de asta; el "palo", también llamado "cureña", casi siempre de madera pero algunas veces de hierro forjado o acero en las ballestas de menores proporciones; la "nuez", pequeño disco para sujetar la cuerda tensa hasta que el arma esté cargada y lista para disparar; la "llave" o manija que hace la función de gatillo de la ballesta y acciona sobre la cuerda llegado el momento. El palo tiene un canal por el cual, al deslizarse la flecha, toma la dirección precisa. El arma consta, además, de una especie de culata que el ballestero apoya en el hombro cuando toma puntería, y en la extremidad opuesta un estribo o gancho para sujetar la ballesta a la montura o a la cintura a fin de facilitar la carga del arma.

Las Galeras.
Los romanos desarrollaron muchas clases diferentes de barcos de guerra durante su largo periodo de dominación en el Mediterráneo, sobre todo galeras, las cuales utilizaban puentes para abordar los barcos enemigos y algunas llevaban artillería de catapultas. Para el comercio, los romanos construyeron barcos de hasta 53m. de eslora y 14m. de manga y puntal. Se cree que construyeron barcos todavía mayores para transportar obeliscos de Egipto a Roma. Estos grandes barcos de carga se aparejaban con velas cuadras en tres palos y podían tener una gavia sobre la vela mayor.
Después del año mil las flotas de Bizancio, Venecia y Génova, estaban integradas por navíos de alrededor de 70m. de largo, impulsados por remos y por dos velas latinas que se utilizaban cuando el viento era favorable.
Estos barcos, aptos para la guerra y para las expediciones de corsarios, eran muy angostos. Se llamaron galeazas, y todas embarcaciones construidas hasta el s.XVII los tomaron como modelo. Su armamento consistía en dos catapultas colocadas a proa. Más adelante fueron reemplazadas por cañones. Además de la tripulación corriente, llevaban un centenar de hombres armados. Los remeros se llamaban galeotes y eran elegidos entre los condenados a prisión que por su fortaleza física podían soportar el trato cruel que les daban.
Encadenados a sus barcos y apaleados por los cómitres, su condena terminaba únicamente con su muerte. Los remeros estaban protegidos por dos hileras de escudos, colocadas una encima de la otra a lo largo del barco.
Dos grandes plataformas sostenían las máquinas de guerra, y allí también estaban los combatientes.
Los barcos mercantes medievales, construidos según el modelo de los navíos romanos, empezaron a realizar largos viajes en el s.XII, escoltados por galeras ligeras. Estos navíos tenían un castillete en la proa y otro en la popa; su velamen, hábilmente dispuesto, podía aprovechar hasta los vientos más leves. Se transformaron después en carabelas de poco tonelaje, como la Niña y la Pinta de Colón, o en enormes naves de tres palos.

El Vidrio.
No podemos aseverar que hayan sido los fenicios los descubridores del vidrio, pero podemos decir que, junto con los egipcios, figuran entre sus primeros artífices.
Plinio cuenta que unos fenicios, al regresar de Egipto hacia su patria, hicieron un alto en Sidón, junto al río Belus. Encendieron el fuego, prepararon la comida y, para su mejor cocción, calzaron las ollas entre dos bloques de natrón. Después de comer se quedaron dormidos y dejaron el fuego encendido. Cuando despertaron en lugar de dos bloques de natrón había unos sólidos transparentes y luminosos como piedras transparentes. Zelú, jefe de la caravana, advirtió que había desaparecido la arena que estaba debajo de los bloques de natrón. Encendieron nuevamente el fuego sobre la arena y, al cabo de unas horas, de aquellas cenizas salió un colado rejo y humeante. Antes que la arena incandescente se enfriara, Zelú tomó un poco de esa materia extraña y, modeló un vaso. ¡El vidrio había sido descubierto!
Se cree que los egipcios comenzaron a fabricar el vidrio hacia el año 1400 antes de Jesucristo. Se dedicaron, sobre todo, a la producción de objetos artísticos y decorativos, y se especializaron en el colorido, como lo prueban las piezas encontradas en las tumbas de Tel-el-Amán.

La Medición del Tiempo.
Se atribuye el invento del primer reloj solar de cierta exactitud al filósofo jonio Anaximandro (s.VI a. de C.) a pesar de que los griegos, según afirmaciones de Heródoto, conocían ya ese instrumento originario de Caldea.
Se le dio el nombre de gnomónica a la ciencia que trata y enseña el arte de hacer relojes solares. Éstos consisten esencialmente en una superficie sobre la cual la sombra proyectada por una escuadra metálica, llamada gnomón (en griego: indicador), marca las horas sobre las líneas allí trazadas.
La clepsidra, reloj de agua, era un instrumento mucho más perfecto, puesto que su funcionamiento no dependía del sol. Consistía en un vaso, en cuya extremidad inferior se encontraba un tubo angosto por donde goteaba el agua que caía en otro vaso. Sobre éste recipiente, una escala graduada, al llenarse, indicaba las horas transcurridas.
Hacia la segunda mitad del s.VIII, el italiano Pacífico, arcediano de Verona, construyó un pequeño reloj accionado por contrapesas que fue ofrecido luego a Pipino el Breve por el papa Pablo I. A principios del siglo siguiente Carlomagno recibió del Califa Harún al-Raschid un reloj que a cada hora, una cantidad igual de pequeñas bolitas de bronce caía sobre un timbre colocado debajo, haciéndolo vibrar con su caída. También poseía una docena de caballeros que, al marcar las doce, se asomaban por igual cantidad de ventanas.
Carlos V poseía un reloj de arena, es decir, una especie de clepsidra en la que la arena reemplazaba al agua, y que, además, permitía encender en su capilla un cirio que indicaba cada hora del día.
Al final del siglo XIV, París poseía por lo menos dos: el del Palacio, y el del Castillo de Vincennes.
En 1462, Bartolomé Manfredi habla del primer reloj "para llevar consigo". Sin embargo, la verdadera industria de relojes de bolsillo estaba todavía muy lejos.

La Imprenta.
En el siglo XIV, artesanos desconocidos, con el fin de fabricar naipes, tuvieron la idea de tallar las imágenes que debían reproducir, en unas tablas untadas con tinta espesa que se aplicaban luego sobre papel liviano.
Los hombres del Extremo Oriente ya conocían este sistema y lo revelaron a los europeos; en Corea se encontraron libros impresos con caracteres móviles, que se remontan al año 1330.
El invento de la imprenta se atribuyó a Gutenberg, que fue el primero que empleó letras grabadas aisladas y las ensambló según las palabras a componer. El banquero Fust le prestó 800 florines para fundar en Maguncia la primera imprenta. Cinco años más tarde, con la ayuda de Humery, Gutenberg dio gran impulso a su empresa al mismo tiempo que perfeccionó su material.
En 1455, Gutenberg imprimió la Biblia a dos columnas y en dos volúmenes. Empleó 300 caracteres diferentes que le permitieron conseguir una elegancia gráfica prodigiosa.
Aún hoy en día no se sabe a ciencia cierta cuáles fueron los procedimientos de Gutenberg, pero es evidente que su técnica era muy buena, pues durante largos años el arte de imprimir no sufrió ninguna modificación.
Sus líneas eran perfectamente derechas, y lo notable es que él mismo ejecutaba las matrices para los caracteres y los cajetines para los plomos.

La Brújula.
Instrumento para determinar las direcciones de la superficie terrestre. Se basa en una barrita imantada que gira libremente sobre un soporte vertical y queda siempre orientada hacia el norte magnético.
Instrumento que se usa a bordo para saber el rumbo que lleva la nave.

El Astrolabio.
Antiguo instrumento en que estaba representada la esfera del firmamento con las principales estrellas, dotado de alidadas con pínulas, para observar las alturas, lugares y movimiento de los astros.

El Papel.
Los antiguos egipcios emplearon el papiro para los usos propios del papel. También los griegos y romanos lo adoptaron hasta ser desplazado por el empleo del pergamino. No obstante, a mediados del s.VIII ya era famoso en el Islam el papel importado de China, el kogid, que se venía fabricando desde el s.II de nuestra era; pero desde el 751 los musulmanes empezaron a fabricar su propio papel, y a extender su técnica a todos los pueblos de su dominio e influencia. A partir del s.XII se elabora papel en toda Europa, principalmente en España, Italia, Alemania, Gran Bretaña y Francia. La calidad del papel era inicialmente poco atractiva, ya que resultaba grueso, irregular, estoposo y basto. En sus primeros años la industria del papel utilizó tejidos de lino y algodón de desecho, ropas viejas, etc. Más tarde se recurrió a la paja de cereales, el yute, bambú, lino y, finalmente, a la fibra obtenida por desintegración de la madera. Actualmente, las nuevas técnicas y la total mecanización de los procesos de elaboración hacen de la fabricación de papel una industria poderosa y variada. Por otra parte, cada día se consigue una mejor adecuación de las técnicas y las materias primas con las distintas clases de papel que se desea obtener (de escribir y de imprenta, de envolver, de fumar, de seda, secante, de filtro, cartón,...).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias me ha servido de mucho

Noren dijo...

En este caso, todos los elogios para su autora. Yo me he limitado a valorar la calidad del artículo y a publicarlo en el blog.

Anónimo dijo...

Graciaas demaciada buena la informacion y espero llegar con 7.0 mañaana !! ;)

Anónimo dijo...

Graciaas demaciada buena la informacion y espero llegar con 7.0 mañaana !! ;)