• Más Referentes e influencias.
- El Dorado.
El Dorado o Eldorado era un lugar mítico en América del Sur. Se suponía que tenía grandes reservas de oro y los conquistadores españoles lo buscaron con gran empeño, atraídos por la idea de un lugar con calles pavimentadas de oro, en donde el preciado metal era algo tan común que se despreciaba. Muchos de ellos murieron en el intento por descubrir la ciudad y saquearla, ya que las largas expediciones transcurrían por la selva amazónica y a la dureza del terreno había que unir la falta de provisiones.
La leyenda arranca hacia 1530, con la historia de un cacique tribal de los Muiscas, en Colombia, que cubría su cuerpo con polvo de oro.
La historia de los rituales Muiscas fue llevada a Quito por los hombres de Sebastián de Belalcázar; y mezclada con otros rumores, se formó allí la leyenda de Eldorado, el hombre dorado, el indio dorado, el rey dorado. Imaginado ya como un lugar, El Dorado llegó a ser un reino, un imperio, la ciudad de este rey legendario.
Nicolás de Federmann, explorador y cronista alemán que participó en la conquista española de Venezuela y Colombia, también dirigió una expedición para buscar Eldorado en 1535. El conquistador español Gonzalo Jiménez de Quesada partió en busca de Eldorado en 1536.
En busca de este reino legendario, Francisco de Orellana y Gonzalo Pizarro partieron de Quito en 1541 hacia el Amazonas en una de las más fatídicas y famosas expediciones para encontrar El Dorado. Después de que se dividieron en dos grupos, Pizarro y sus hombres regresaron a Quito, mientras que Orellana continuó el viaje, descubriendo y dando nombre al río Amazonas.
En 1541, el explorador español, nacido en Alemania Felipe de Utre emprendió una infructuosa búsqueda de Eldorado a lo largo del Amazonas en el territorio de Omagua. Él encontró un territorio densamente poblado, pero ningún reino dorado.
Walter Raleigh fue el primer explorador inglés en emprender la búsqueda, Raleigh partió para la Guyana como él la denominó en 1595. Navegó a lo largo del río Orinoco hacia el interior de la Guyana, encontró algunos objetos de oro, pero nada de las dimensiones de la leyenda, después de lo cual publicó un libro sobre su viaje titulado El descubrimiento de la Guyana donde promovía la exploración del Reino Dorado.
Hay otra leyenda acerca de El Dorado que cuenta que en las épocas de Tahuantinsuyo, cuando los indios se enteraron que Atahualpa había muerto, decidieron esconder todo el oro de la ciudad. La leyenda no dice exactamente dónde se escondió el oro, pero muchas personas piensan que el oro se escondió en el fondo del lago Titicaca, del cual nunca se podrá sacar.
Autores como Garcilaso de la Vega (en Comentarios reales que tratan del origen de los Incas, de 1609), Voltaire (en Candide ou l’Optimisme, de 1759) o Paul Alperine (en L’Ile des Vierges Rouges, de 1936) ubicaron sus narraciones en este lugar.
- Troya.
Troya (también llamada Ilión y Wilusa en hitita) es una ciudad tanto histórica como legendaria, donde se desarrolló la Guerra de Troya. La mítica ciudad de Troya, que Homero inmortalizó en la Iliada y la Odisea, siempre se ha asociado a la población griega sometida a Atenas por la fuerza tras una célebre guerra que implicó a algunos de los más grandes héroes de la antigüedad, como Aquiles, Héctor o Ulises. La leyenda homérica de Troya fue completada por otros autores griegos y romanos, como Virgilio en la Eneida.
¿Mito o realidad? En 1872 Heinrich Schliemann, alemán aficionado a la arqueología y obsesionado por demostrar el trasfondo histórico de los relatos homéricos, descubre los primeros restos de la ciudad de Troya, tras dos largos años de excavaciones, en la colina de Hissarlik (Asia Menor), en la costa de los Dardanelos, un lugar descartado hasta entonces por los expertos. La sistematización de las excavaciones en la ciudad del rey Príamo llevará a identificar, hasta el día de hoy, nueve capas distintas de ruinas superpuestas, atribuibles a diferentes periodos comprendidos entre el año 500 de nuestra era y 3000 años anteriores a la misma.
Así, la Troya histórica estaba situada en el estrecho de los Dardanelos (Helesponto), entre los ríos Escamandro (o Janto) y Simois y ocupaba una posición estratégica en el acceso al Mar Negro (Ponto Euxino), en la actual Turquía. En su entorno se encuentra la cordillera del Ida y frente a sus costas se divisa la cercana isla de Ténedos.
Los estudios del arqueólogo Carl William Blegen admitieron, sin graves contradicciones, que una expedición aquea fuera la causa de la destrucción de Troya VII-A hacia el 1250 a.C. (actualmente se suele fijar el fin de esta ciudad más cerca de 1200 a.C.), y añadieron que posiblemente, en la transmisión de esta guerra, se superpusiera el terremoto del 1300 a.C., con lo que la guerra de Troya habría sido, más que nada, un devastador seísmo.
La obra de Homero, además de Troya, también hace mención a varios lugares imaginarios ubicados en un mar Mediterráneo fantástico, como las Islas Afortunadas (también mencionadas por Plinio el Viejo y Plutarco... ¿quizás las islas Canarias?), Eea, Eolia, Escila y Caribdis, Ogigia, la isla de las Sirenas o la isla de los Lotofagos.
- Rirap Lhunpo.
Según el mito tibetano, el Rirap Lhunpo (Sumeru) es el centro del universo, la gran montaña de cuatro caras hecha de piedras preciosas y llena de cosas maravillosas. Existen ríos y arroyos en el Rirap Lhunpo, y muchas clases de árboles, frutos y plantas, pues el Rirap Lhunpo es especial, es la morada de los dioses y los semidioses.
En torno al Rirap Lhunpo hay un gran lago, y rodeando a éste, un círculo de montañas de oro. Más allá del círculo de montañas de oro hay otro lago, éste también rodeado por montañas de oro, y así sucesivamente hasta siete Lagos y siete círculos de montañas de oro y más allá del último círculo de montañas se encuentra el lago Chi Gyatso.
En el Chi Gyatso es donde se encuentran los cuatro mundos, cada uno de éstos semejante a una isla, con su forma particular y sus habitantes distintos.
Nuestro propio mundo, uno de estos cuatro, se llama Dzambu Ling.
- Aztlán.
Los aztecas dicen provenir de un lugar mítico, situado posiblemente al norte de lo que hoy en día es México, llamado Aztlán.
Aztlán es la cuna de la cultura Náhuatl y el hogar ancestral del antiguo imperio Mexica. Este mítico lugar es representado como una isla en un lago que podría estar localizado en lo que ahora es el norte de México (o posiblemente en el sudeste o centro de los Estados Unidos tan lejos como Utah o Illinois, en el cual se han encontrado restos de utensilios y construcciones de estilo mexica, en los famosos montículos llamados Cahokia Mounds), desde el cual los primeros Mexicas emergieron al principio del cuarto mundo. Las características de este lugar tienen un rol que no va más allá de la leyenda que dice que el dios Huitzilopochtli les ordenó que partiesen desde Aztlán y se asentasen en un lugar donde habrían de encontrar un lago, y en éste un islote con una piedra, sobre la piedra un nopal y en éste un águila devorando una serpiente, así fue como las tribus aztecas se asentaron en el Valle de México o valle de Anáhuac y fundaron Tenochtitlán (también una isla en un lago, la reproducción de su hogar original).
Durante la conquista española de México, la historia de Aztlán ganó importancia y ella fue divulgada por Fray Diego Durán (1581) y otros como una clase paraíso o Edén, libre de enfermedad y de muerte, que existió en alguna parte en el norte lejano.
martes, 6 de mayo de 2008
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