miércoles, 6 de febrero de 2013

Citas (XXIII)


Las personas inteligentes son capaces de simplificar lo complejo. Los tontos suelen complicar lo sencillo.

El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura. (Miguel de Unamuno)

Para llegar a la excelencia es necesario formarse,  pero para traspasarla hay que transformarse. (Xesco Espar)

No puedo cambiar la dirección del viento, pero sí ajustar mis velas para llegar siempre a mi destino. (James Dean)

Más importante que las decisiones es el momento elegido para tomar dichas decisiones.

No luches demasiado con un enemigo o terminarás enseñándole todo lo que sabes sobre el arte de la guerra. (Napoleón Bonaparte)

He tenido éxito probablemente porque me dí cuenta de que no sabía nada sobre escribir y simplemente he intentado contar una historia interesante de forma entretenida. (Edgar Rice Burroughs)

Cuando el fin es lícito, también lo son los medios. (Hermann Busenbaum)

Ser libre no es solamente desatarse las propias cadenas, sino vivir de una forma que respete y mejore la libertad de los demás. (Nelson Mandela)

Todas las puertas de salida son entradas a algún lugar.

Las mentes cerradas suelen venir acompañadas de bocas abiertas.

Solamente los peces muertos siguen la corriente.

Mejor no sacar pecho, no sea que te lo hundan.

Si solo piensas en ganar, es más fácil que pierdas. (Valero Rivera)

Nunca hagas lo que ya sabes hacer. (Eduardo Chillida)

El número de cosas improbables que pueden suceder es tan grande que podéis tener la seguridad de que algunas de ellas sucederán realmente.

Si algo nos ha enseñado el Tetris es que los errores se acumulan y los éxitos desaparecen.

Los artistas mienten para decir la verdad, mientras los políticos mienten para ocultarla. (Alan Moore en "V de Vendetta")

Es peligroso tener razón cuando los que mandan están equivocados. (Voltaire)

La codicia llega como pasajero, nos visita como huésped y se queda como dueño. (Confucio)

Justicia, igualdad y libertad son algo más que palabras, son metas alcanzables. (Alan Moore en "V de Vendetta")

El tiempo perdido nunca se vuelve a encontrar. (Benjamin Franklin)

El tiempo descubre la verdad. (Séneca)

No puedo cambiar la dirección del viento, pero sí ajustar mis velas para llegar siempre a mi destino. (James Dean)

Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor. (Samuel Beckett)

Cuando Dios te da un don, también te da un látigo, y el látigo es únicamente para autoflagelarse. (Truman Capote)

Prefiero que mi mente se abra movida por la curiosidad a que se cierre movida por la convicción. (Gerry Spence)

La duda es uno de los nombres de la inteligencia. (Jorge Luis Borges)

Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. (Steve Jobs)

Un inútil motivado es un peligro. (Victor Küppers)

La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad y abyectos y humildes en la adversidad. (Maquiavelo)

La paciencia cocina una piedra. (Proverbio africano)

Creía que un drama era cuando llora el actor, pero la verdad es que lo es cuando llora el público. (Frank Capra)

Uno puede saber cómo vencer, pero esto no significa necesariamente que vaya a vencer. (Sun Tzu)

El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros los que las jugamos. (Arthur Schopenhauer)

Un emperador debe morir de pie. (Tito Flavio Vespasiano)

Si me diesen seis horas para talar un árbol, dedicaría las tres primeras a afilar el hacha. (Abraham Lincoln)

Si no esperas lo imprevisto no lo reconocerás cuando llegue. (Heráclito)

Temo a los mercaderes incluso cuando traen regalos. (Laocoonte)

El talento es como un bebé, hay que alimentarlo. (Annie Leibovitz)

Hay dos tipos de problemas: los que se solucionan solos y los que no tienen solución.

No digas es imposible. Di: no lo he hecho todavía. (Proverbio japonés)

El fútbol es un milagro que le permitió a Europa odiarse sin destruirse. (Paul Auster)

Lo importante es saber qué batallas hay que librar.

Todos los errores están ahí, esperando que alguien los cometa. (Savielly Tartakower) 

No busques culpables. Busca las soluciones a los problemas.

Nadie acepta el azar como parte de su propio éxito, tan solo de sus fracasos.


viernes, 6 de julio de 2012

El arte de escribir. Los doce estadios del viaje del héroe



1. El mundo ordinario
Allí donde vive el héroe, tranquilo y aislado del resto del mundo, antes de que comience la aventura.

2. La llamada a la aventura.
Una chispa, una semilla, un acontecimiento, una sorpresa, un invitado inesperado, que remueve los cimientos de la vida apacible del héroe.

3. La resistencia o rechazo de la llamada.

4. El encuentro con el mentor, el maestro o la ayuda inesperada.
Todo héroe necesita un guía en su camino de conocimiento y superación.

5. Cruzar del primer umbral.
El paso que obliga al héroe a salir al encuentro de la aventura y dejar el pasado atrás.

6. Amigos y aliados.
Todo héroe necesita la ayuda de quienes pueden apoyarle en los momentos de dificultad y aportarle la solución a las dificultades que se le presentan durante el camino.

7. Aprendizaje y Pruebas.
Sumisión ante el maestro. Los retos sencillos que ponen a prueba los recién adquiridos conocimientos del héroe. Los primeros éxitos.

8. El Reto.
El enfrentamiento contra el antagonista, sin estar preparado ni capacitado para el desafío.

9. La Caída.
La derrota ante el enemigo, ante sus huestes o ante las propias debilidades. El primer golpe. Las primeras heridas. El reconocimiento de la inferioridad.

10. La Redención.
El héroe descubre sus debilidades, se refuerza y afronta nuevamente el reto.

11. La Recompensa.
Ante la victoria, ante la superación. El premio.

12.  El camino de vuelta.
El final del viaje iniciático, habiendo adquirido sabiduría, poder, riqueza, conocimiento, amigos,...

jueves, 16 de diciembre de 2010

Citas (XXII)

¿Para qué repetir los errores antiguos habiendo tantos errores nuevos que cometer? (Bertrand Russel)

La vida es una enfermedad de transmisión sexual con una tasa de mortalidad del 100%. (Ronald Laing)

Cuanto más importante es una emoción, menos palabras hacen falta para expresarla. (J. Michael Straczynski)

Perdona siempre a tú enemigo; No hay nada que le enfurezca más. (Oscar Wilde)

Cuando he alcanzado una victoria no vuelvo a utilizar por segunda vez la misma táctica sino que, según las circunstancias, varío mis métodos hasta el infinito. (Sun Tzu)

Cuando todo va mal, no debe ser tan malo probar lo peor. (Francis Herbert Bradley)

Los neuróticos contruyen castillos en el aire. Los psicóticos los habitan. Los psiquiatras viven del alquiler.

Una síntesis vale por diez análisis. (Eugeni D'Ors)

Lo único que pido es la oportunidad de probar que el dinero no puede hacerme feliz. (Spike Milligan)

Todo deseo estancado es un veneno. (André Maurois)

Si lo que hiciste ayer parece grande, no has hecho nada hoy. (Lou Holtz)

La bisagra que rechina es la que consigue el aceite. (Malcolm X)

Perdonaré que no acierten, pero no que no se esfuercen. (Pep Guardiola)

Una idea original. No puede ser muy difícil. La biblioteca esta llena de ellas. (Stephen Fry)

El secreto de la motivación personal se puede resumir en las cuatro "ces": curiosidad, confianza, coraje y constancia. (Walt Disney)

Una de las pruebas del liderazgo es la capacidad de reconocer un problema antes de que sea una emergencia. (Arnold H. Glasow)

Todos nuestros enemigos son mortales. (Paul Valéry)

La velocidad nunca ha matado a nadie. Quedar inmóvil de repente... ése es el problema. (Jeremy Clarkson)

Un político de ser capaz de predecir lo que pasara mañana, y la próxima semana, y el mes que viene, y en los próximos años. Y también debe ser capaz de explicar después por que no acertó. (Winston Churchill)

La moda se pasa de moda, el estilo jamás. (Coco Chanel)

Muchos creen que el talento es cuestión de suerte. Pero pocos saben que la suerte es cuestión de talento.

En algún sitio algo increíble espera ser descubierto. (Carl Sagan)

Las doncellas no quieren más que maridos, y cuando los consiguen, quieren todo lo demás. (William Shakespeare)

El tabique que separa la sana autoconfianza de la insana arrogancia es realmente fino. (Haruki Murakami)

No creo que haya temas graciosos y temas trágicos, creo que todos son iguales y la diferencia está en el tratamiento. (Connie Willis)

El dinero no habla, jura. (Bob Dylan)

El mundo está lleno de pobres con ética.

El pasado es un prólogo. (William Shakespeare)

Invertir en conocimientos produce siempre los mejores beneficios.

Un inconveniente es sólo una aventura mal considerada, una aventura es un inconveniente bien considerado. (G. K. Chesterton)

Uno no descubre nuevos continentes sin aceptar que debe perder de vista la orilla durante un largo tiempo. (André Gide)

Antes de trabajar en la inteligencia artificial ¿por qué no hacemos algo con la estupidez natural? (Steve Polyak)

Amo la traición, pero odio al traidor. (Julio César)

jueves, 15 de abril de 2010

Curiosidades (XX)

Descubrimiento Élfico. Los elfos están hablando. ¿Los oyes? Lo harás.
por Glenn Gaslin.


Menos de 100 personas en el mundo hablan el lenguaje de los indios Chickasaw, una tribu que ahora habita una parte de Oklahoma. Su lengua es de consonantes ásperas y graves, vocales largas, de palabras como takolo lakna okchi. De aquellos que hablan Chickasaw, ninguno tiene menos de 55 años. Dentro de unas décadas, nadie más lo hablará.

Al menos 100 personas, y probablemente más, pueden hablar klingon, el lenguaje de una especie de extraterrestres de un programa de televisión de los 60, Star Trek. Es un dialecto de sonidos inhumanos como ghobchuq loDnI'pu'! y una gramática fácil y predecible. Este último año, Hamlet fue traducido al klingon y publicado por Simon & Schuster.

Recientemente un lenguaje más extraño y antiguo surgió en la caja de sonidos, una lengua dulce y lírica con antiguas raíces y un gran presupuesto a lo Hollywood. La hablaron, por ejemplo, Cate Blanchett y Liv Tyler. Si prestaste atención posiblemente escuchaste el lenguaje de los elfos.

En 1915, John Ronald Reuel Tolkien, un graduado de 23 años de la Universidad de Oxford, comenzó a trabajar en un lenguaje de ficción que pensaba que sería algo bonito. Se basó en el finés, y lo llamó quenya. Pronto creó un pueblo que hablara este lenguaje (sus elfos) y una historia, una tierra, un mundo en el que pudieran hablarlo, la Tierra Media. Esta historia, por simplificar las cosas, se convirtió en El Señor de los Anillos, el que, como todo el mundo sabe, es una obra básica de la literatura de fantasía, de espadas y magos. Desde luego, es una historia de una banda de gente bajita y simple (hobbits) a los que les gusta fumar en pipa y que van a una aventura para vencer al mal, pero de lo que la mayoría de la gente no se da cuenta es de que el Señor es un gran libro sobre un lenguaje inventado. Y ahora se trata de tres grandes películas sobre un lenguaje inventado.

La trilogía de películas convirtió las retóricas visiones de J. R. R. Tolkien en algo visible y aprovechable. El director Peter Jackson -mejor conocido por King Kong o Criaturas Celestiales y menos por los dementes Teleñecos salidos de Meet the Feebles- gastó 270 millones de dólares del dinero de New Line Cinema y se pasó año y medio filmando en Nueva Zelanda. A pesar de ser una adaptación de la importante novela sobre un lenguaje falso, estas películas fueron grandes. Tan grandes como La Guerra de las Galaxias. Y aparecerán los fieles a Tolkien que han estado estudiando quenya (y los otros lenguajes élficos) todos estos años, como siempre han estado haciendo. Sólo que no los habías visto.

"Los aficionados a Tolkien nunca habían tenido una oportunidad de aparecer" explica Marcus Smith, un estudiante de lingüística graduado en la UCLA que sabe quenya -su vocabulario, su gramática- bastante bien. "Los medios estarán interesados en nosotros por un tiempo, y cuando las películas se olviden, volveremos a como estábamos".

Y estaban así: muy extendidos, bien organizados, apasionados, callados y muy, muy serios. El paisaje de la lingüística tolkieniana incluye revistas de investigación, diccionarios y libros de fuentes (muchos de ellos contradictorios), sociedades, hermandades y escuelas. Su investigación se extiende por todo el globo y a través de la mayor parte de esta década. No sólo cubre las lenguas élficas (quenya y sindarin son las más importantes), sino las de enanos, hombres y árboles parlantes. No se ocupa de los sonidos de los Chickasaw que se desvanecen, pero hay una lógica en el hecho de que alguien como Marcus Smith estudie también a estos últimos.

Antes, sin embargo, es importante notar que los elfos de la Tierra Media no son los elfos de tu imaginación. No son alegres y traviesos diablillos de verdes túnicas. Son estáticos, sobrios y sabios. Los elfos de Tolkien son esencialmente mágicos e inmortales poetas.

Y deberías tener en cuenta que los humanos que estudian élfico no se parecen a los que podrías esperar que hablaran klingon. No llevarán frentes postizas ni saludarán a William Shatner. Es más probable que sepan palabras en lenguajes americanos indígenas para decir "zumo de naranja" o que lean Beowulf en el anglosajón original. Son, como el profesor que lo empezó todo, gente seria.

Marcus Smith es una persona seria. Su apartamento en Los Angeles Oeste es el reducido espacio de vivienda de un estudiante graduado: libros y sillas plegables. Explica que su estudio de Tolkien le llevó a la lingüística. "La mayoría de la gente no habla sobre ello en público. Es una cosa algo extravagante que se hace", dice. "Pero yo estoy abierto a ello".

Marcus pasó cuatro años en España de niño, y comenzó a aprender español. En el instituto, viviendo en Palmdale a la orilla del Mojave, se sumergió en el alemán y en "inglés medio", y prosa más antigua y más rara. Lee las 1.137 páginas de El Señor de los Anillos, incluyendo el apéndice en el que se describe la gramática e historia de los elfos, quienes dicen cosas tan bonitas como "Elen síla lúmenn' omentielvo" ("Una estrella brilla en la hora de nuestro encuentro "). Comenzó a traducir los poemas del libro. Comenzó también a inventar sus propios lenguajes, desafiando el modo en que funcionan los pronombres, o cómo una palabra puede mostrar posesión de otra palabra. Exactamente como hizo John Ronald Reuel. Marcus está buscando un doctorado en lingüística. Exactamente como hizo Tolkien. Pero, de distinta manera a lo que hizo su hace tiempo desaparecido mentor, planea preservar lenguas moribundas en vez de asegurar el futuro de las inventadas.

Marcus me explica que, creando la Tierra Media, el escenario para sus libros, Tolkien trató de escribir una nueva y densa mitología, completa con miles de años de historia y lenguajes que evolucionaron, se dividieron y tuvieron descendencia. El lenguaje de los enanos tiene influencia del hebreo, y los orcos gruñen en Lengua Negra, un quenya torcido. Ciertamente, las palabras que más oirás en la fantasía Hollywoodiense que viene son palabras en Lengua Negra, la propia inscripción del Anillo Único: Ash nazg durbatulûk, ash nazg gimbatul, ash nazg thrakatulûk agh burzum-ishi krimpatul.

O, más bien, "Un Anillo para gobernarlos a todos, Un Anillo para encontrarlos, Un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las Tinieblas".

La gente no se junta y habla en quenya sobre la nueva oferta del Club del Libro. No es así. Tolkien diseñó el lenguaje para ser usado por criaturas mágicas que vivían en un mundo imaginario hace mucho, mucho tiempo. Lo creó como un modo de transmitir poesía y leyenda. Nada moderno.

"Sé que no puedo mantener una conversación en élfico", dice Marcus. "No pienso que nadie pueda. He encontrado gente que dice que puede hablar élfico, y, tras un par de minutos hablándoles, me he dado cuenta de que no sabían nada".

El estudio del élfico es mayormente académico, un debate continuo sobre papeles y correos electrónicos. Dado que Tolkien escribió volúmenes de información contradictoria, mucho de ello aún sin publicar, dice Marcus, "mucha gente debate". ¿Por qué, por ejemplo, cambiaría Tolkien su idea y decidiría que las palabras posesivas no terminarían en "av", como se describía en sus primeras notas, sino en "m"?

"A veces", dice Marcus, encogiéndose de hombros, no deseando pelear con J. R. R., "él sólo cambiaba cosas" .

He pedido a Marcus que me enseñe alguna de las bases, y abre El Camino Perdido, uno de los 12 libros de notas e historias sin terminar publicadas por el hijo de Tolkien tras su muerte. Éstas son algunas de las cosas que dice Marcus, y que yo no termino por absorber: "En sindarin, nunca oirás una palabra que termine en vocal", "El quendiano nunca termina en l's" o "¿Ves esta n con un punto sobre ella? En español esperarías que fuera una ñe, pero no, es una unh. Por eso esta palabra sería unhwarmo". Recordémoslo: Han hecho una película sobre esto.

La vida de un lingüista, especialmente tan cerca de Hollywood, puede ser, a veces pero no siempre, encantadora. La antigua profesora de la UCLA Victoria Fromkin creó el lenguaje hablado por Chaka, el peludo simio de Land of the Lost, y Mark Pearson, ahora un lector de la universidad, desarrolló una lengua alienígena para Dark Skies, el remedo de X-Files de la NBC. Pero lecciones así ocurren poco.

"No hay prácticamente suficiente demanda como para mantener ni un lingüista trabajando a jornada completa como consultor de Hollywood", dice Pearson.

La mayor parte de las películas dejan que sus extraterrestres hablen incoherentemente; la mayor parte de los elfos hablan inglés. Pero donde Hollywood desecha la invención, Smith y Pearson y unos pocos de sus descendientes tienen su solaz privado, excavando en lo que ellos llaman "lenguajes construidos". Hay cientos de estas lenguas fantásticas y "hechas sólo por que sí" por ahí fuera, completas con sintaxis y gramática, y gente seria tras ellas. Smith ha creado unas pocas, y Pearson ha trabajado en la misma casi toda su vida.

"Hay un cierto secretismo que rodea este particular hobby", admite Pearson. "Recibía muchos ataques en el instituto cuando la gente se enteraba de que gastaba todo mi tiempo libre haciendo paradigmas verbales para un lenguaje que ni siquiera existe".

Como el élfico, es un hobby, aunque es uno que tiene sentido, que completa el hueco entre las criaturas silvestres del profesor de Oxford y la gente de nuestra propia Tierra que está perdiendo velozmente su cultura. Profesionalmente, Pearson trabaja con el malgache, la lengua notica de Madagascar, y Marcus Smith modula las duras consonantes y las largas y tristes vocales vocales del Chickasaw desvaneciente.

"No puedes imaginar un idioma más diferente al inglés", me dice. "¿Querrías oír algo?"
Vale.
"Chokema", dice. "Schlavanka!"
No es casualidad que las grandes batallas de El Señor de los Anillos describan el final de una era de magia, el último anhelo de elfos, magos, señores oscuros y anillos que te hacen invisible. El libro habla de la aurora del reinado del Hombre, y los elfos, al final, toman su lenguaje y siguen a sus ancestros a las Tierras Imperecederas.

Hoy, así, la lengua inventada más popular de la Tierra, el lenguaje de los klingons, está basada en un dialecto indioamericano, el mutsun, cuyo último hablante murió en 1930. Y es apropiado que un hombre que estudia el élfico, que está preparado para florecer, me diga que sólo una lengua nativa americana, el navajo, sobrevivirá los próximos 100 años.

"Estamos trabajando para documentarlas", dice Marcus, el hablante de quenya, el hablante de Chickasaw, "antes de que desaparezcan para siempre."

lunes, 15 de febrero de 2010

El arte de escribir. La estructura básica

Una novela, una historia, una narración o un guión de cine funcionan con protocolos y conceptos similares. En todos ellos observaremos que hay en unas constantes que se repiten, de entre las que cabe destacar aquéllas que afectan a la estructura del relato. Principalmente la clásica división del relato en tres partes: planteamiento, nudo o desarrollo y desenlace. Todos los relatos la respetan de uno u otro modo.
Alguna parte puede estar implícita, e incluso en ocasiones se puede empezar por el final y reconstruir la historia a la inversa, con flashbacks o flashforwards, pero al concluir, las tres partes siempre serán comprensibles por el espectador en su orden lógico, lo que le permitirá entender la historia como una narración lineal.

- Planteamiento.
El planteamiento presenta al personaje o personajes principales en un contexto mediante situaciones concretas; estas situaciones, o un suceso (detonante) ponen en marcha el relato; se trata de algo que afecta al personaje: tiene una misión que cumplir o tiene un problema, deseo o necesidad que le obliga a actuar.
Puede ocurrir que el detonante marque claramente la línea de acción del relato, es decir, que el espectador sepa ya de qué va a ir la película y qué es lo que busca el personaje, pero suele suceder que de improviso surja u ocurra algo que dé un giro a los acontecimentos o los acentúe (punto de inflexión, nudo de la trama o punto de giro) y que meta al protagonista en un lío inesperado que será el que marque la auténtica línea de acción de la historia (trama o línea de acción principal).

- Desarrollo o nudo.
El suceso o circunstancia que ha servido de punto de inflexión nos introduce en el segundo acto, en el que el personaje intenta conseguir su objetivo por todos los medios, y se encuentra siempre envuelto en un conflicto, con algo o alguien, que se interpone en su camino.
En su lucha se encuentra con un suceso o prueba (segundo punto de inflexión) que acelera los
acontecimientos y nos mete de lleno en el tercer acto.
Este suceso (punto de inflexión) tuerce el camino del personaje o agrava la situación ya existente y le sumerge en situaciones complicadas (crisis) hasta un punto de máxima tensión (clímax) que nos hace dudar de la consecución de su meta.

- Desenlace.
El clímax o momento de máxima tensión ha de llevar rápidamente a la resolución de la historia en la que, de una manera u otra, concluye la trama.

Esta estructura que apuntamos se da en la mayor parte de relatos. Las historias tienen planteamiento, desarrollo y desenlace, pero no sólo las historias, sino todas y cada una de sus secuencias, y es precisamente este hecho el que define una parte del relato como secuencia, donde se entiende como secuencia a la escena o conjunto de escenas que completan una estructura dramática.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Los Paisajes Fantásticos (XXIII)

5. Conclusiones (y 3).

Una imagen vale más que mil palabras, dicen.

Hace tiempo que la tradición oral, vehículo de las historias en la antigüedad, ha fallecido devorada por la acumulación de imágenes. Historias como la caída de la ciudad de Troya o el hundimiento de la Atlántida en el fondo de los mares llegaron a nosotros tras un largo camino de muchos siglos, pasando de narrador a narrador. Este trayecto convirtió estas historias en narraciones vivas, mutables, que fueron sufriendo modificaciones con cada nuevo narrador, que la transmitía luego, a su vez y de generación a generación, con pequeños cambios, añadiendo detalles personales, sus impresiones particulares o nueva información. Bardos, juglares, cuentacuentos y poetas trasmitieron desde tiempo inmemorial la cultura
, la historia, la experiencia y las tradiciones de una sociedad, su folklore particular (anónimo, espontáneo, antiguo, funcional y empírico) a través de relatos, cantos, cuentos, oraciones, leyendas y fábulas. El conocimiento llegaba al pueblo solamente por esta vía y otros sistemas de transmisión de la información, como la literatura o la pintura, estaban reservados a las clases más privilegiadas de una sociedad profundamente jerarquizada o al clero.
Hoy vivimos en la llamada era de la información (de la tecnología y de la informática), pero también en la era de la imagen. La imagen es el vehículo esencial de la información en nuestra sociedad. Cualquier turista viaja siempre acompañado de su indispensable cámara de fotografías (digital) para capturar instantes, imágenes de lugares que se convertirán en recuerdos inmortalizados y, a su regreso, los pases de diapositivas y de fotografías reemplazan a la palabra. Vistas parciales, instantáneas, sumadas y mezcladas en la memoria del viajero y, literalmente, recompuestas en el relato que hace de ellas o en el encadenamiento de las diapositivas. El viaje construye entonces una relación ficticia entre la mirada y el paisaje. Ya nadie describe lo que ha visto: muestra una fotografía.

Los paisajes fantásticos no son dominio exclusivo del mundo natural. Tal y como hemos explicado a lo largo de la artículo, el paisaje urbano también puede tener sus arquetipos míticos y, como lugar y paisaje, también los hemos tenido en cuenta. Así, la Atlántida como modelo de urbe y ejemplo de sistema político eficiente o Camelot como ideal del castillo medieval: torres altas, almenas, murallas ciclópeas, puentes levadizos, barbacanas, troneras,... Quizás la discusión iría más encaminada a definir con mayor concreción el concepto de paisaje, y establecer que se incluye y que se excluye de él, pero este debate no nos corresponde a nosotros.
Aún así, algunos lugares son fantásticos, mágicos, legendarios desde el momento que la mano del hombre no ha tocado el lugar, y mantienen su virginidad intacta. El Mundo Perdido de Conan Doyle se mantiene inalterado, al margen del resto del mundo industrializado, salvaguardando un vergel escondido con criaturas que se creían extinguidas. O el bosque de Lorien, al cuidado de los elfos de Galadriel, se ha mantenido inexpugnable ante el avance de las hordas oscuras de Sauron y sigue siendo el santuario de la naturaleza en la Tierra Media.

A lo largo de la artículo, además del dilema que hemos comentado entre el paisaje imaginario humanizado y no humanizado, también hemos planteado la dicotomía realidad/ficción que existe en los lugares imaginarios. ¿Cuáles son reales?¿Cuáles existieron en un pasado lejano pero han llegado hoy, hasta nosotros, como simples leyendas, mitos y cuentos distorsionados por la distancia y por la tradición oral? Para lo que a nosotros nos concierne, no tiene importancia si los lugares imaginarios que tomamos como modelos y arquetipos de la cultura moderna, como cuna de la civilización y fuente de las leyendas y los mitos existieron o no en un remoto pasado.
Y es que importa poco si el continente perdido de la Atlántida fue, en realidad, una exaltación de la cultura existente en la isla de Thera (hoy Santorini) antes de la catástrofe que la hundió en el fondo del mar Mediterráneo en el siglo XVI a.C., o si la Atlántida estuvo ubicada en la isla de Pharos (frente al delta del Nilo), en la cordillera del Atlas, en la desaparecida civilización de Tartessos (en las proximidades de Cádiz) o en el antiguo lago de Tritonis (hoy, marismas de Chott el Djerid y Chott Melrhir). El único hecho relevante es su influencia sobre la cultura helénica, sobre la cultura ptolomea en Egipto y las naciones de la antigüedad que surcaban el Mare Nostrum, como los Fenicios o los Etruscos, y como ésta ha llegado hasta nosotros después de pasar por todos estos filtros.
Y importa poco si Troya fue, como los descubrimientos del alemán Heinrich Schliemann han demostrado, un asentamiento heleno en una colina de Asia Menor si aún quedan muchos datos envueltos en la bruma, y el mito ha traído hasta nosotros la caída de la ciudad mediante la artimaña del caballo de madera ideada por Ulises, o la muerte del bravo Aquiles por una herida en el talón. El dato principal es la influencia del mito en la cultura occidental, despertando la curiosidad de arqueólogos y el interés en la obra de Homero.
Y no importa nada si El Dorado sigue esperando, oculto entre las selvas amazónicas, a que los conquistadores españoles lleguen algún día hasta sus puertas, o si una excavación arqueológica descubre en el subsuelo de la ciudad inglesa de Colchester los restos del antiguo castillo de Camelot.
Solamente importa que la realidad y la ficción se dan la mano y siguen el mismo camino. La verdad queda olvidada atrás, envuelta en las brumas del tiempo, oculta entre capas y capas de espeso polvo. En el lejano pasado en el que los mitos fueron reales... pero menos míticos.

Finalmente queremos mencionar que, conscientemente, hemos dejado de lado algunos temas vinculados, directa o indirectamente, con los lugares imaginarios nacidos en el seno de la literatura fantástica como la criptozoología (la ciencia que, etimológicamente, trata los animales ocultos o críptidos y que son desconocidos para la ciencia oficial) o la fina línea que separa la religión del mito.
En el primer caso es evidente que los lugares imaginarios, en la mejor tradición de los bestiarios medievales, están repletos de críptidos y otras bestias imposibles, seres puramente imaginarios que jamás han existido (los basiliscos, los dragones, los kobolds, las hadas,...) que podrían servir como contenido de un libro de texto en las clases de biología de Harry Potter, pero el análisis detallado de este aspecto de los ecosistemas imaginarios sería excesivo.
En el segundo, el tema se nos hubiera escapado de las manos con toda seguridad. Aventurar una hipótesis para el origen de la religión como creaciones imaginarias de mentes supersticiosas sería complejo. Los miles de dioses y diosas, duendes y demonios, de las mitologías mesopotámicas, egipcias, griegas, romanas,... respondían a preguntas sin respuesta del conocimiento científico primigenio pero... ¿qué decir de las religiones que aún hoy siguen vigentes, el islamismo, el hinduismo o el catolicismo y sus dioses y figuras religiosas santificadas?¿Son estos seres fantásticos, creación de mentes humanas y nada más? Dejemos este espinoso tema en otras manos.

Y es que los paisajes fantásticos tal vez sean mundos posibles, pero no existen, no ocupan ningún punto en el espacio y el tiempo y se escapan del dominio de la probabilidad. Aunque para algunos, son tan reales como su propia vida.

domingo, 11 de octubre de 2009

Citas (XXI)

La ciencia se construye con hechos, igual que una casa con piedras. Pero un conjunto de hechos no es ciencia, de la misma forma que un montón de piedras no es una casa. (Henri Poincaré)

La intuición de una mujer es más precisa que la certeza de cualquier hombre. (Rudyard Kipling)

Si creen que la investigación y la educación son caras, prueben con la ignorancia y la mediocridad. (Joan Guinovart)

El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene; y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que el predijo. (Winston Churchill)

La experiencia es esa cosa maravillosa que te permite reconocer un error cuando lo vuelves a cometer. (F.P. Jones)

Un intelectual es alguien que ha encontrado algo más importante que el sexo. (Edgar Wallace)

La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los consuela de lo que son. (Winston Churchill)

Para los hombres, el sexo es un fin. Para las mujeres, el sexo es un medio.

Las mujeres han sido hechas para ser amadas, no para ser comprendidas. (Oscar Wilde)

Basta un instante para hacer un héroe, pero se necesita una vida entera para hacer una persona de bien. (Paul Brulat)

El fracaso no es una opción. Es un privilegio reservado para quienes al menos lo intentan.

Todos queremos ser diferentes, lo que nos hace a todos iguales.

La ley, en su magnífica ecuanimidad, prohíbe tanto a ricos como a pobres dormir bajo los puentes. (Anatole France)

No hay nada más arriesgado que arriesgarse. (Pep Guardiola)

Un muro vale tanto como los hombres que lo defienden. (George R. R. Martin)

El artista es el medio entre sus fantasías y el resto del mundo. (Federico Fellini)

Me decían que eran necesarios unos muertos para llegar a un mundo donde no se mataría. (Albert Camus)

El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse. (Winston Churchill)

El jarrón da forma al vacío y la música al silencio. (George Braque)

¿Conoces esa mirada que tienen las mujeres cuando quieren tener sexo contigo? Yo tampoco. (Steve Martin)

Las mujeres necesitamos la belleza para que los hombres nos amen, y la estupidez para que nosotras amemos a los hombres. (Coco Chanel)

Las actitudes son más importantes que las aptitudes. (Winston Churchill)

En la naturaleza no hay premios ni castigos, hay consecuencias. (Robert G. Ingersoll)

Ciencia es toda disciplina en que los tontos de una generación pueden llegar más lejos que los genios de la precedente. (Max Gluckman)

Muchos de los problemas del mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas. (Bertrand Russell)

El que se pierde es el que encuentra las nuevas sendas. (Nils Kjaer)

Nunca en el campo de los conflictos humanos, tantos le debieron tanto, a tan pocos. (Winston Churchill)

Un intelectual es que el explica algo simple de forma difícil y complicada. Un artista es el que explica algo complicado y difícil de forma simple. (Charles Bukowski)

El amor es la respuesta, pero mientras usted la espera, el sexo le plantea unas cuantas preguntas. (Woody Allen)

La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre. Con excepción de todos los demás. (Winston Churchill)

La emoción más antigua y más intensa de la humanidad, es el miedo y el más antiguo y más intenso de los miedos, es el miedo a lo desconocido. (H.P. Lovecraft)

Los hombres siempre aseguran estar hambrientos de verdad, pero cuando se la sirven, pocos encuentran su sabor agradable. (George R. R. Martin)

A lo que nosotros llamamos mariposa, el gusano lo llama fin del mundo. (Proverbio chino)

Quien habla mal de mí a mis espaldas mi culo contempla. (Winston Churchill)

Hay quien cruza el bosque y sólo ve leña para el fuego. (León Tolstoi)

En el país de los ciegos, el tuerto es rey.

Mi esposa es un objeto sexual. Cuando le pido sexo, ella objeta. (Bob Hope)

Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad. (Winston Churchill)

Hemos aprendido a volar como los pájaros y a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir juntos como hermanos. (Martin Luther King)

Las mujeres necesitan una razón para tener sexo. Los hombres sólo un lugar. (Billy Cristal)

La libertad no puede ser concedida graciosamente; tiene que ser conquistada gloriosamente. (Max Stirner)

A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibrada. (Winston Churchill)

Las penas son nuestros educadores, un hombre puede ver más a través de una lágrima que de un telescopio. (Bruce Lee)

Las palabras son como las abejas: tienen miel y aguijón. (Proverbio suizo)

Todos tenemos un secreto encerrado bajo llave en el ático del alma. (Carlos Ruiz Zafón)

Los cuentos de hadas superan la realidad no porque aseguren que existen los dragones, sino porque nos juran que los dragones pueden ser vencidos. (G.K. Chesterton)

El carácter de una persona lo determinan los problemas que no puede eludir y el remordimiento que le provocan los que ha eludido. (Arthur Miller)

Si tu intención es describir la verdad, hazlo con sencillez y la elegancia déjasela al sastre. (Albert Einstein)

La ausencia de prueba no es prueba de ausencia. (Carl Sagan)

El hombre puede trepar hasta las cumbres más altas, pero no puede vivir allí mucho tiempo. (George Bernard Shaw )

Dejar el sexo a las feministas es como dejar a tu perro de vacaciones con el taxidermista. (Matt Barry)

Cuántas muertes más serán necesarias para darnos cuenta de que ya han sido demasiadas. (Bob Dylan)

El problema es que Dios le dió al hombre un cerebro y un pene, pero sólo la sangre suficiente para que funcione uno a la vez. (Robin Williams)

Creo que el sexo es una de las cosas más bonitas, naturales y gratificantes que el dinero puede comprar. (Tom Clancy)

La mayoría de las personas gastan más tiempo y energías en hablar de los problemas que en afrontarlos. (Henry Ford)

El diplomático es una persona que primero piensa dos veces y finalmente no dice nada. (Winston Churchill)

No necesito gente que me siga y ni haga lo que yo hago... para eso esta mi sombra. (Marilyn Manson)